16. Textos históricos XVI

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    OBRAS COMPLETAS

    XVITEXTOS HISTRICOS

    JUAN BOSCH

    2009

    COMISIN PERMANENTE

    DE EFEMRIDES PATRIAS

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    OBRAS COMPLETAS DE JUAN BOSCHEdicin dirigida por

    Guillermo PIA-CONTRERAS

    COLABORADORES

    Arq. Eduardo SELMANHASBNSecretario de Estado sin Cartera

    Lic. Juan Daniel BALCCER

    Presidente de la Comisin Permanente de Efemrides Patrias

    Herederos de Juan Bosch, 2009Edicin al cuidado de

    Jos Chez Checo

    Diseo de la cubierta y arte finalEric Sim

    Publicacin de la Comisin Permanente de Efemrides Patriasen ocasin del Centenario de Juan Bosch, 2009

    ImpresinSerigraf S.A.

    ISBN: 978-9945-462-16-6 (T. XVI)ISBN: 978-9945-462-00-5 (O. C.)

    Repblica Dominicana

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    CONTENIDO

    Juan Bosch: Narrativa histrica, escritura de la historiaOdals G. Prez ...................................................................... VII

    BREVE HISTORIA DE LA OLIGARQUA

    Las oligarquas griegas ....................................... 3

    Las oligarquas americanas ...............................37

    Definicin y papel histrico .............................75Desaparicin y renacimiento de las oligarquasamericanas.....................................................109

    TRES CONFERENCIAS SOBRE EL FEUDALISMO

    Explicacin............................................................145Vocabulario ...........................................................147Primera parte. El feudalismo: sus frutos ysus orgenes ...........................................................151

    Segunda parte. El feudalismo agrario o rural ..........175

    Tercera parte. El feudalismo urbano .......................199

    Una nota adicional ................................................227

    Bibliografa ...........................................................233

    MXIMO GMEZ: DE MONTE CRISTI A LA GLORIA, TRESAOS DE GUERRA EN CUBAIntroduccin .........................................................237

    Mximo Gmez.....................................................241

    I

    II

    III

    IV

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    JUANBOSCH

    El Napolen de las guerrillas ..................................245

    Conferencia en el Conservatorio Nacional de Msica.299Artculos en Vanguardia del Pueblo ..........................329

    De Santo Domingo a Cuba....................................337

    Renuncia y tragedia...............................................345

    BREVE HISTORIA DE LOS PUEBLOS RABES

    Origen de este libro ...............................................353Prefacio .................................................................355

    Desde el imperio rabe hasta el imperio Otomano...357Los pases rabes hasta el final de la PrimeraGuerra Mundial ....................................................397La Segunda Guerra Mundial: Ms pases rabes

    y formacin del Estado de Israel .............................429Lo que signific para los palestinos la instalacinen su territorio del Estado Israel ............................471

    ndice onomstico ........................................................517

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    VII

    JUANBOSCH: NARRATIVAHISTRICA,ESCRITURADELAHISTORIA

    Odals G. PREZ

    Preliminar

    El marco de una escritura de la historia1, produce bajo laestrategia narrativa los puntos, imgenes y espacios donde

    podemos evocar, entender y ver los llamados tpicos y topoiorganizados en lneas de sentido. Lo que el historiador asu-me como responsabilidad de trabajo, aspira a concentraruna visin constituida por claves de conocimiento, a par-tir de estructuras confirmativas de un pensamiento inte-lectual, poltico y, sobre todo, crtico de la historia, desdela cual se va extendiendo toda huella, todo campo de re-flexin entendido como suma de lugares, tiempos y suje-tos de la historia2.

    A partir de ese movimiento que ha impulsado nuevas na-rrativas, nuevas estructuras de conocimiento y, particularmen-te, nuevas posibilidades de razonar lo que Michel de Certeau3

    1 A propsito del concepto escritura de la historia, ver CERTEAU, Michel de,La escritura de la historia (Mxico, Ediciones Universidad Iberoamricana,1999, pp.33-41), donde el desaparecido estudioso francs propone un marcohistoriogrfico de la escritura histrica a partir de una interpretacin demtodos y sentidos de la lectura y la narrativa historiogrfica.

    2 Cfr. RANCIER, Jacques,Los Nombres de la historia. Una potica del saber, BuenosAires, Ediciones Nueva Visin, 1993, pp.49-63.

    3

    CERTEAU, Michel de, op.cit., pp.64-79.

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    y Michel Foucault4han particularizado como discurso his-

    trico, podemos reconocer la travesa del decir histrico porsus lneas de accin, sentido y particularidad de las estruc-turas y funciones de la representacin o representaciones delobjeto histrico.

    Juan Bosch ha extendido como escritor, ensayista e his-toriador, las fases de su objeto histrico-narrativo a partir de

    lo que hemos llamado sus historias, esto es, aquellos rde-nes discursivos donde encontramos su Breve historia de laoligarqua(1971), Tresconferencias sobre el feudalismo (1971),Mximo Gmez: De Monte Cristi a la gloria (1986) y Brevehistoria de los pueblos rabes(1991), que integran este tomoXVIde sus Obras completas.

    Los anteriores libros de Juan Bosch se conformaron comoparte de un saber de la historia dominicana, caribea, latinoa-mericana y universal. En sus cuentos y novelas, as como ensus ensayos y conferencias, advertimos cmo lo histrico, lopoltico, lo econmico y lo imaginario producen una sntesissociocultural, pero tambin un marco, un contexto de signi-ficacin cuyos ejes son, justamente, la historia narrativa y lanarrativa histrica.

    El elemento particularizador de aquella narrativa histri-ca y de la narrativa de la historia, se pronuncia en el conte-nido epocal de los tpicos o lugares, tiempos, materiales,conjuntos conformadores de una travesa que reclama la lec-tura, la mirada crtica, aquello que integra los diversos to-

    nos y momentos en que se produce la secuencia, los temas,

    4 FOUCAULT, Michel,La arqueologa del saber, 8 ed., Mxico, Siglo XXI, 1982. Seestudia en esta obra una nueva perspectiva de los saberes y posibilidades deldiscurso, o, los discursos del saber, llamados tambin formaciones discursivas.Cfr. pp.33-81. Vase tambin del mismo autor,Las palabras y las cosas, 15 ed.,

    Madrid, Siglo XXI, 1997, pp.126-163.

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    las preguntas y respuestas en torno al acontecimiento, la

    raz, las fuerzas sociales que constituyen el mundo histricosegn Dilthey5.No debemos olvidar que Juan Bosch fue un escritor con un

    agudo sentido de la historia y el historiar, del narrar aquelloque se reconoce o se entiende como el hecho histrico.

    Los apoyos bibliogrficos utilizados en sus reflexiones crti-cas, conferencias, escritos y ensayos histrico-sociolgicos, mues-tran a un estudioso de estructuras y acontecimientos revelado-res de formas sociales, polticas, institucionales y mentales.

    Lector de Duby, Bernal, Le Goff, Marx, Weber, J. Pirenney H. Pirenne, entre otros, ha logrado motivar a travs de modoshistricos y narrativos la travesa de un pensamientoraigalmente crtico y por lo mismo dinmico en su organiza-

    cin intelectual. La penetracin que su obra histrica ha lo-grado en el contexto de las ideas sociales, econmicas y polti-cas de la Repblica Dominicana y el Caribe, implica y a lavez conduce a un campo de inters y, ante todo, a un mundoconstituido por acciones, reacciones, reflexiones, visiones par-ticulares y generales.

    El contexto de la historiografa poltica de donde ha sur-gido la obra de nuestro autor ha sido diverso, por cuanto lavisin explicativa de las junturas intelectuales permite en-tender los lmites y alcances de lo poltico, lo histrico y locultural. Las fronteras epistmicas que acogen lo literario, loeconmico y lo sociolgico, aparecen o se forman en su obra

    como estructuras significativas propias de un proceso inte-lectual armado mediante la suma elegida de disciplinas socia-les: historia, derecho, economa, teora poltica, sociologa,literatura y otras.

    5 Cfr. DILTHEY, Wilhelm, Introduccin a las ciencias del espritu, Madrid, AlianzaEditorial, 1986, pp.82-87; pp.179-183. El filsofo alemn analiza los dife-

    rentes estados de la historia y del mundo histrico.

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    Las formaciones histricas y mentales que estudia nues-

    tro autor bajo el orden concreto de los objetos ideolgicos eintelectuales, se enuncian en la obra y en el ritmo especficode la escritura crtica. Bosch pronuncia y se pronuncia comocampo-sujeto expandido y poco despus como sujeto que pro-pone algunas respuestas a lo real y lo contradictorio del mun-do de la vida poltica, econmica y social dominicana.

    Pero Bosch investiga tambin la lnea, el trazado que en elmundo europeo era la oligarqua, el feudalismo, lo que histo-riadores como Georges Duby6, Lucien Febvre7y Jacques LeGoff8han llamado la feudalidad9. Al estudiar la economarural o feudal10, nuestro autor va particularizando el signifi-cado de formaciones econmico-sociales y culturales que re-flejan una mentalidad, un modo de produccin y una ideolo-

    ga de la representacin con sus actores, smbolos, modos detrabajo y conjuncin de estructuras locales, agrarias, tcnicas,morales, econmicas y jurdicas.

    Los Temas econmicos IyII(1990), y Temas histricos I(1991),de Juan Bosch, se sostienen en el marco de un quehacer basa-do en una investigacin registrada como alcance y pronstico

    6 Cfr. DUBY, Georges, Economa rural y vida campesina en el Occidente Medieval,Barcelona, Ed. Pennsula, 1968. Ms adelante veremos la importancia formativay terica de esta obra a propsito del feudalismo, la feudalidad y lo feudal.

    7 Cfr.FEBVRE, Lucien, Combates por la historia, 2 ed., Barcelona, Ariel, 1992. Enesta obra Lucien Febvre estudia las posibilidades diversas de la investigacinhistrica y el historiador, as como algunos momentos claves en la investiga-cin histrica.

    8 Cfr.LEGOFF, Jacques, La civilizacin del Occidente medieval, Barcelona, Ed.Juventud, 1969, pp.185-214. Para el estudio de las estructuras espaciales ytemporales de la sociedad feudal ver pp.278-290.

    9 GUERREAU, Alain, Fodalit, enDictionnaire raisonn de l Occident Mdival,(bajo la direccin de Jacques Le Goff y Jean-Claude Schmitt), Paris, Fayard,1999, pp.386-406.

    1 0 Cfr.DUBY, Georges, op.cit. pp.102-106. Para un studio ms profundo en esesentido, ver tambin DUBY, Georges, Quest-ce que la societ fodale, Paris,

    Flammarion, 2002, pp.1051-1099.

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    en el indiciario poltico o en la agenda temtica del Caribe,

    Amrica Latina y Europa. En su obra El Estado,sus orgenes ydesarrollo, el estudioso dominicano pronuncia en un registroentre oral y escrito, las bases del Estado y sus urdimbres his-tricas, polticas, econmicas y coyunturales11.

    El hecho de que se estudie unfactumhistrico-poltico atravs del recorrido de sus cardinales de base, no implica quenuestro autor adopte una lnea monofnica o polifnica en laestructuracin del escrito como relato, historia y texto crticoindicador de perspectivas crticas.

    Reconocer un orden mental, econmico, poltico y cultu-ral, conduce al historiador y al poltico a precisar, desmontary particularizar estructuras ideolgicas que han estado vigen-tes en tiempo y espacio12.

    La correspondencia entre escritura, narrativa y mundo so-cial, sobresale en la obra de Bosch entendida, en esta perspec-tiva, como trayecto o lnea de trabajo mediante la cual existey se particulariza un tipo sociocultural, que implica un reco-nocimiento y reconocimiento en el contexto de produccinintelectual asumido como espacio y forma de sentido.

    El marco expositivo oral que en muchos casos compite conla forma expositiva escrita, no reduce en la escritura o inscrip-cin intelectual de nuestro autor el objeto o campo de intersque sostiene el elemento de un orden intelectivo ligado a fen-menos visibles y sensibles de la sociedad dominicana. Comopodemos ver en su Breve historia de la oligarqua, la problemtica

    de clases empuja al debilitamiento de la institucin social.

    1 1 Cfr. BOSCH, Juan, El Estado, sus orgenes y desarrollo, Santo Domingo, Ed. Alfa yOmega, 1987, pp.82-118 y ss.

    1 2 Como se puede observar en las siguientes obras de Juan BOSCH:Las dictadurasdominicanas, Santo Domingo, Ed. Alfa y Omega, 1988; 33 artculos de temas

    polticos, Santo Domingo, Ed. Alfa y Omega, 1988; y Capitalistmo tardo en

    Repblica Dominicana, Santo Domingo, Ed. Alfa y Omega, 1987.

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    La casustica poltica de las sociedades occidentales, consti-

    tuye muchas veces el obstculo para la reproduccin del ordensocial, toda vez que el conjunto social asegura, en parte, lasdeterminaciones y sus puntos de reconocimiento en un mar-co posible de alternativas o niveles de produccin intelectualque se afirma cada vez ms en ncleos, cuerpos de representa-cin, estructuras, mentalidades, morales de la historia asumi-das desde sus obstculos epistemolgicos, pruebas, refutacio-nes y enjuiciamientos coyunturales que pueden mostrarresultados plausibles en la red de lo ideolgico y lo histrico.

    Descripcin, narracin, parfrasis, resumen, lectura trans-versal y horizontal, confluyen en la obra como complemen-to de posibilidades, perfiles analticos, tcnicas de pensa-miento y tratamiento documental. El historiador dominicano

    ajusta y reajusta un discurso poltico de la historia,reconformando las tipologas de clase en el mapa social de laRepblica Dominicana. La mirada que desde una pedago-ga poltica y sobre todo crtica va constituyendo nuestroautor en la segunda mitad del siglo XX, se hace notoria enlos agudos anlisis dedicados a la institucin econmica y

    sociocultural dominicana.Confluyen en la obra de Juan Bosch el llamado registro

    oral y escrito en una perspectiva crtica y sobre todo educati-va. El tono de charla y alocucin se complementa con el usode la funcin apelativa e informativa del lenguaje, visible-mente estratgica en la prosa cuidada y atiplada del autor de

    Tres conferencias sobre el feudalismo, Composicin social dominicana,Hostos, el sembrador, Breve historia de los pueblos rabes, La pequeaburguesa en la historia dominicana, Mujeres en la vida de Hostos yotros textoscrticos y compendiosos, cuya inscripcin ideol-gica encontramos en el discurso propio del ensayo poltico,histrico, econmico y literario de la primera y la segunda

    mitad del siglo XXen Hispanoamrica.

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    Conocedor y estudioso asiduo de la historia de las ideas

    polticas de Iberoamrica, pero sobre todo crtico de las ideasdictatoriales y liberales continentales, nuestro autor potencializadesde la narrativa, la ensaystica y el pequeo tratado educati-vo, las ideas democrticas y revolucionarias activadoras de unnuevo discurso poltico y sociocultural, estimado en sus ideasde transformacin de las llamadas polticas hegemnicas, ascomo en la lectura de los diversos rdenes de la realidad orealidades nacionales iberoamericanas, donde latifundismo,neofeudalismo, fuerzas oligrquicas, revoluciones y evolucio-nes sociopolticas, han trazado, re-trazado y retrasado los pro-cesos econmicos, sociales, educativos, culturales y en generalideolgicos de la Amrica continental.

    El proceso donde se va conformando la ensaystica

    sociopoltica de Bosch incluye tambin la dimensin literariacreadora. Indicios de su poesa, narrativa y ensayo literariorevelan una morfologa cultural de base crtica, generadora deideas importantes plasmadas a travs de toda una historia,cuyos niveles de interpretacin producen el efecto de cohe-rencia ideolgica propio de una obra que necesariamente de-

    bemos estudiar para comprender sus ejes fundamentales.En tal sentido, y por lo mismo que esta obra dirige sus

    lneas a metas especficas, podemos advertir que las variablesanalticas del ensayismo crtico-histrico latinoamericano in-fluye en el modo de ver, leer, interpretar de nuestro autor,justamente all donde lo que se caracteriza como visin hist-

    rica participa del concepto de pueblo en su extensin msprecisa de conglomerado identitario y conciencial.Toda una generacin de ensayistas y polticos latinoame-

    ricanos como Rod, Mart, Pedro Henrquez Urea,Montalvo, A. Reyes, Justo Sierra, Vasconcelos, AntonioCaso, y ms tarde V. Belande, Vctor Ral Haya de la To-

    rre, Jos Carlos Maritegui, Rmulo Betancourt, Francisco

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    Romero, y una cantidad de pensadores que se debatan, por

    los aos 1940, 50 y 60, entre el nacionalismo, el liberalis-mo y el pensamiento democrtico iberoamericano, propi-ciaba un retorno a la idea de Amrica entendida como con-juncin de identidades.

    Formado en el contexto de las ideas positivistas, lector deHostos y de todo aquello que produjo el historicismo en Re-pblica Dominicana y en toda la Amrica Latina y el Caribe,la instruccin de nuestro autor no era solamente acumulativa,sino participativa y sobre todo educativa en lo que tiene quever con elpunctumhistrico y poltico de la poca. Entre 1930y 1950, la obra de Juan Bosch se nutri de aquel realismopoltico y filosfico basado en la mirada democrtica yliberadora proveniente del arielismo continental.

    Pero no se trata del arielismo como simple utopa, sino delarielismo13 revolucionario que incluso algunos pensadoresmodernistas impulsaron como movimiento renovador delpensamiento y la accin revolucionarios. Las vertientes de unaerudicin histrica que sirviera de base para un nuevo pro-grama educativo de la Amrica continental, constituyeron el

    fundamento de cierta concepcin abierta de las ideas litera-rias, polticas, estticas y econmicas, donde surga entoncesun nuevo vocabulario epocal basado en las ideas de liberacinnacional que iba a conformarse en los idelogos revoluciona-rios mexicanos, argentinos, cubanos, venezolanos, puertorri-queos y del Caribe anglfono y francfono.

    1 3 En el pas no se ha estudiado debidamente la problemtica del arielismocomo consciencia crtica y orbe o cardinal intelectual. Un intento fallido ycarente de una tpica explcita en este sentido por su tratamientoreduccionista, lo encontramos en CSPEDES, Digenes, El efecto Rod.Nacionalismo idealista vs. Nacionalismo prctico: Los intelectuales antesde y bajo Trujillo, enPoltica de la teora del lenguaje y la poesa en Amrica

    Latina en el siglo XX, Santo Domingo, Editora Universitaria UASD-Librera

    La Trinitaria, 1995, pp.113-161.

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    En este, sentido la nueva historia escrita de los pueblos de

    iberomrica y del Caribe14

    , creaba un punto de tensin en lalectura y comprensin de movimientos polticos locales queaparecan de manera explcita e implcita en textos novelescosde influencia en el mbito histrico caribeo y latinoamerica-no. En los aos 60, novela, ensayo de ideas y biografa, repro-ducan las llamadas realidades nacionales mediante una ads-cripcin particularizada del sujeto de la historia. El modo enque se escribe la Crisis de la democracia de Amrica en la Repbli-ca Dominicana (1964), era precisamente el de la nueva crnicaepocal y poltica latinoamericana.

    La nueva crnica del nuevo hispanismo definido en la l-nea del latinoamericanismo democrtico y revolucionario, sereconoca por los aos 1950, 60 y 70 en una estrategia de

    liberacin mediante una escritura que quera (y deba) ser foroideolgico abierto a nuevos modos de pensar y elaborar tesis,ensayos de interpretacin y revisin historiogrfica, de suerteque la teora literaria junto a la teora poltica, econmica ycultural se proponan desarrollar los diversos rdenessuperestructurales, para de esta manera alcanzar objetivos de

    liberacin en esa caliente etapa de la Guerra fra.Ya en 1963, el 25 de septiembre, Juan Bosch era derro-

    cado por un golpe militar contra su gobierno elegido demo-crticamente. Hecho preso, Juan Bosch sale de nuevo al exi-lio hacia Puerto Rico y all lo recibe el gobernador LuisMuoz Marn. Nuestro autor es entrevistado en Puerto Rico

    por los diferentes medios de prensa y ya desde all se perfilaen los ejes de una escritura democrtica y crtica. Juan Bosch

    1 4 Cfr. AA.VV., Iberoamrica: Una Comunidad, Caracas, Monte AvilaLatinoamricana, 1992. Vase tambin MOYAPONS, Frank, Historia del Cari-be, Santo Domingo, Ed. Bho, 2008. As tambin, tomar en cuenta comoobra crtica y compendiosa AA.VV., Historia del Caribe, 1 ed. castellana,

    Barcelona, Ed. Crtica, 2001.

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    promete un combate sociopoltico y cultural. Poltica y lite-

    ratura se presentifican en obras como Bolvar yla guerra so-cial (1966)yCrisis de la democracia de Amrica en la RepblicaDominicana, en un momento en que el caos y las revueltasurbanas y campesinas azotan el continente y, principalmen-te, los pueblos del Caribe y Latinoamrica. La panormicaque ofrece Bosch en Crisis de la democracia es una anato-ma del militarismo criminal en la dcada de los 50 y co-mienzos de los 60.

    La escritura poltica reveladora de momentos claves de lacrisis, particulariza en nuestro autor procesos de representa-cin, signos culturales e imgenes econmicas contrastantesde un capitalismo an dbil en la Repblica Dominicana y elresto de pases del Caribe. Los acentos que van desarrollando

    frmulas y modos de expresin de procesos polticos, revelanen el paisaje de crisis al que se enfrenta el pas, contradiccio-nes econmicas, polticas e ideolgicas que amenazaban elorden infraestructural y superestructural.

    La coherencia escrituraria junto a la pedagoga poltica asu-mida por nuestro autor, coloca los principales elementos de

    su exegtica sociopoltica en la lnea vertical y transversal deuna democracia del sentido comn, y una concepcin de lasociedad amparada en la movilidad que le ofrece el capitaljunto a la involucin particularizada como respuesta cotidia-na de aquellos opuestos alstablishment.

    La narrativa ideolgica y la escritura crtica de Bosch

    conservaron su cohesin en el modelo de charla, conferen-cia, entrevista, ensayo sociopoltico, carta, tratado, decla-racin pblica y otros actos de habla que se convierten enescritura-texto poltico-cultural, discurso y accin significa-tiva. El elemento nacional e internacional ha sido en esteorden incidente y convergente en la escritura de la historia,

    una variable integradora propiciada por nuestro autor.

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    En efecto, el texto poltico, literario y cultural acoge la

    temtica internacionalista y nacionalista en una perspectivademocrtica e involutiva. Viaje a los antpodas(1969),Mujeresen la vida de Hostos (1939), David, biografa de un rey (1963),

    Judas Iscariote, el calumniado (1955), De Mxico a Kampuchea(1975), De Cristbal Coln a Fidel Castro (1970), Breve historiade la oligarqua(1971), Clases sociales en la Repblica Dominica-na(1982), Capitalismo, democracia y liberacin nacional(1983),Capitalismo tardo en Repblica Dominicana(1986), El Estado,

    sus orgenes y desarrollo(1987)y Textos culturales y literarios(1988).Una caracterizacin particular de estas obras implica el

    conocimiento de temas tratados a partir de las tensiones delcontexto, la infraestructura y la superestructura ideolgica,ambas en correlacin y movimiento en los marcos tratados

    por una crtica sociopoltica y un ensayismo democrtico em-pleados como tcnica de expresin y escritura. Las diversaslneas de escritura y redaccin desarrolladas por el ensayolatinoamericano, concretizaban ideas muchas veces contra-dictorias, pero sobre todo fervientes con respecto a la auto-determinacin de los pueblos de Amrica. Filologa, his-

    panismo, poltica y crtica de las ideas, desarrollaron desdelas tres primeras dcadas del siglo XXun nuevo cuadraje yestructuracin temtico-formal, cuyo posicionamiento su-gera nuevos cuerpos ideolgicos y determinados espaciosde representatividad poltica.

    Podramos decir que Juan Bosch escribe la historia polti-

    ca dominicana a travs de sus cuentos, novelas, ensayos, con-ferencias y alocuciones radiales y televisivas. La historia inme-diata y la poltica de una interpretacin del pueblo dominicanoen sus diversas fases de composicin social o cultural hacenque el escritor y el poltico se expresen mediante focalizacionesideolgicas compatibles en voz, estilo y vocalidad textual. Todo

    lo cual indica, en contexto y visin, un arqueado o lnea de

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    representacin donde la Repblica Dominicana sobresale por

    su historia poltica accidentada, arrtmica y desperfilada ensus bases econmicas y polticas, tal como se puede leer enalgunos ensayos de sus Temas histricosI.

    Tal como veremos ms adelante, y a propsito de Brevehistoria de la oligarqua, Tres Conferencias sobre el feudalismo,Mximo Gmez, de Monte Cristi a la gloria yBreve historia de los

    pueblos rabes, obras que constituyen el objeto y objetivo deeste estudio introductorio, la formacin de su obra y escrituracatalizan en la cultura dominicana un estilo de interpretacinde la realidad sociopoltica, particularizado como visin y mo-dalidad de anlisis micro y macropoltico. La extensin de unaobra que facilita en muchos casos la comprensin de un ordensocial desigual en sus estructuras y coyunturas socioeconmicas

    y polticas, instruye de manera procesual sobre lo que es unadefinicin del pas en tanto que estructura, identidad, histo-ria y representatividad social15.

    Los grandes ejes polticos de la Repblica Dominicanaen el siglo XX, as como sus lneas de conformacin social,particularizan la obra de Juan Bosch en contenido y expre-

    sin, siendo as que en sus principales discursos polticos enla dcada de los 60 y los 70, se percibe cierta movilidadideolgica influida por el marxismo asumido, ms que comodoctrina, como metodologa de anlisis de sociedades hist-ricas y actuales. En su caso, el uso de categoras y estructu-ras para la explicacin de la historia, la sociedad y la menta-

    lidad o mentalidades dominicanas, motiva un tipo deanaltica direccional dominada por la experiencia crtica y lacrtica de la misma experiencia.

    1 5 Hemos visto cmo en Bosch, los elementos constitutivos del pas particulari-zan las instancias especficas de niveles socioculturales, socioeconmicos yclasistas; cfr. BOSCH, Juan, Trujillo, Causas de una tirana sin ejemplo, 5 ed., Santo

    Domingo, Alfa y Omega, 1991, pp.37-49; y pp.64-82 ypassim.

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    A travs de la narrativa, la historia, la poltica y el ensayismo

    crtico, hemos podido encontrar en la obra de nuestro autorelementos para una interpretacin de las mentalidades cultu-rales dominicanas. El significativo aporte de Bosch en estesentido, se hace observable en sus Cuentos escritos en el exilio,Ms cuentos escritos en el exilioy losCuentos escritos antes del exilio16

    que presentan en su hechura literaria un relato y una etopeyadel personaje-conjunto denominado pueblo dominicano.

    La caracterstica ilocucionaria de la narrativa histrica, lite-raria y poltica de este autor dominicano, revela en sus bordes ycentros cierto directismo que se traduce desde un analismo ysintetismo constantes en la elaboracin de su escritura y re-gistro textual. La fluencia expresiva determinada por motiva-ciones particulares de su vocacin, conllevan al conocimiento

    asumido como objeto y objetivo de trabajo intelectual.As pues, el testimonio de una escritura que a su vez desa-

    rrolla frmulas de ilocucin en contexto y representacin lite-raria, se hace legible en textos que caracterizan lo que muchosentienden como cultura-mentalidad dominicana. El ideal ex-tendido por nuestro autor, en este sentido, cobra valor desde

    el fundamento mismo de su concepcin intelectual, toda vezque su pronunciamiento histrico-cultural se reconoce en elpensamiento democrtico profundamente definido como cam-po de fuerza poltico-social.

    El argumentario terico-poltico y a la vez sociohistricode este intelectual dominicano, promete en el marco de las

    ideas polticas y sociales un campo de explicacin conver-gente en la micropoltica y la macropoltica nacionales e

    1 6 Cfr. BOSCH, Juan, Cuentos ms que completos, 2 reimpresin, Mxico, Alfaguara,2006. Por un asunto de comodidad metodolgica y seguridad textual utiliza-mos esta edicin, con prlogo de Sergio Ramrez, pues aunque por algnmotivo los cuentos no sean ms que completos, ella ofrece ms precisin

    para fines de trabajo; ver Prlogo, pp.13-21.

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    JUANBOSCHXX

    internacionales. Para Juan Bosch, el caso poltico y

    sociohistrico dominicano depende de estrategias y coyuntu-ras internacionales, internas o perifricas. Genealoga, arqueo-loga poltica, razn de Estado e historia crean en su obra-escritura una convergencia estimada como expresin, lenguajey mundo social.

    Lector de Aristteles, Marx, Durkheim y Weber, fue tam-bin lector de Balzac, Flaubert, Maupassant, Sthendal, Zola,Gorky, Tolstoi y Dostoievski; de los costumbristas de laAmrica continental y los principales idelogos del sigloXXen Amrica Latina y Europa. Juan Bosch hizo posible atravs de una oralidad militante y una escritura de la histo-ria basada en ejes democrticos, el desarrollo de cardinalesexplicativas del mundo cultural y social dominicano. La

    legibilidad de su obra se estima y reconoce en las preguntasy respuestas que sobre temas candentes internacionales ynacionales aportan al conocimiento de las relaciones diplo-mticas y polticas, nacionales e internacionales, tal comopodemos observar en textos como Breve historia de la oligar-qua, Breve historia de los pueblos rabes, Tres conferencias sobre el

    feudalismo, Viaje a los antpodas, De Mxico a Kampuchea yDeCristbal Coln a Fidel Castro, entre otros.

    Como se ver ms adelante en este estudio, las clavesgentico-estructurales de esta obra y este autor, aseguran entexto y contexto la idea de un anlisis de las estructuras y losgrandes relatos del mundo poltico nacional e internacional,

    as como la crtica y explicacin de los diversos fenmenoshistricos y polticos, examinados en sus principales ejes yperspectivas formativas. De ah que los niveles de instrucciny reflexin visibles en su obra, definen toda una travesa inte-lectual motivadora de un estudio crtico de sus principaleselementos confirmativos ligados a soluciones polticas espec-

    ficas en tiempos y espacios tambin especficos.

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    Breve historia de la oligarqua

    Breve historia de la oligarquapuede ser denominado como unpequeo tratado sobre el poder e incidencias de clase en elmarco de la relacin espacio-tiempo. El relato histrico sobrela formacin oligrquica, y justamente sobre la evolucin dela oligarqua, tiene su apoyo en la historia social y poltica. Eltrazado llevado a cabo por nuestro autor comprende el primerclasicismo griego y, principalmente, los escritos aristotlicossobre la Constitucin de Atenas, La poltica ylatica nicomaquea.

    Segn Juan Bosch, la oligarqua se conform en Atenas yen Esparta, cuando se empez a disolver el rgimen comnde la tierra en el marco de la expresin gentilicia entendidacomo etapa originaria17. La oligarqua griega representada porlos ricos, practic el esclavismo y la sojuzgacin como sistema

    de explotacin y adquisicin de bienes. Nobleza y pueblocrearon tensiones econmico-sociales en un largo perodo deenfrentamientos, que dur aos y sobre todo conflictos depropiedad y esclavitud muchas veces no tomados en cuentapor la historia poltica y social de la antigedad.

    La problemtica del comercio martimo, segn Bosch,

    pasaba rpidamente de los fenicios a los griegos y esto sepoda observar en el clientelismo que tena su expresin engrandes zonas del Mar Egeo. EnEl origen de la familia, la

    propiedad privada y el Estado18, Engels hizo una radiografade las clases que detentaban el poder partiendo de su nom-brada, influencia econmica e incidencia en el modelo griego

    arcaico y clsico.

    1 7 Cfr.BOSCH, Juan, Obras completas, T XVI, Santo Domingo, Edicin de laComisin Permanente de Efemrides Patrias, 2009, p.3. En lo adelante, lascitas incluidas en el texto, en las que se hace referencia slo a travs delnmero de la pgina, corresponden a esta edicin.

    1 8 Cfr. ENGELS, Federico, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado,

    Madrid, Ed. Ayuso, 1972, pp.99-109 y pp.109-121.

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    La estructura jurdica griega ya era analizada por Aristteles

    enLa poltica19

    y en las discusiones en el gora, en la polisgriega que ya admita el valor de los individuos o sujetossociales a partir de sus niveles clasistas y de instruccin pbli-ca. A propsito de la poblacin del tica, Bosch explica losiguiente: La poblacin del tica estaba compuesta por cua-tro tribus emparentadas, llamadas fleas, y desde los tiempos

    legendarios cada flea estaba compuesta por cuatro fratras ohermandades; cada fratra o hermandad estaba compuesta asu vez por treinta gens, o grupos consanguneos, y cada unode estos por treinta familias (p.6).

    A seguidas Bosch, refirindose al territorio del tica yparticularizando elementos que constituyen los ejes de lasociedad griega originaria, nos dice lo siguiente: El territo-rio del tica no estaba dividido todava administrativa o po-lticamente, sino en relacin con cada gens, de manera quecada gens era propietaria, comunitariamente, de la tierra queocupaba (Ibid.).

    La descripcin de una estructura familiar, poltica, territo-rial y econmica, es un elemento que en Breve historia de laoligarqua tendra su valor como tratado que profundiza en elconcepto de clase social dominante, pero adems, en el con-cepto de sociedad en evolucin. Taxonoma, divisin y deter-minacin van constituyendo, en este sentido, ejes para el an-lisis y la comprensin de sociedades determinadas por ciertacomplejidad poltica, social y econmica.

    En esta Breve historialos nombres de Soln, Jenofonte,Tucdides, Plutarco, Aristteles, V.V. Struve, Claude Moss,Engels, J.M. Ots Capdequ, Marx, P.V. Annenkov, Lenn,

    1 9 ARISTTELES,La Poltica, Madrid, Ed. Mestas, 2007. Toda la historia polticade la Grecia antigua se estima en este tratado sobre las relaciones del indivi-

    duo en la sociedad ateniense y en general griega.

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    OBRASCOMPLETAS XXIII

    Ferdinand Lundberg y otros, apoyan una investigacin que

    remite en sus casos a una visin interpretativa de las institu-ciones, clases, partidos, ciudades, derecho, estructuras admi-nistrativas, comercio, sojuzgamiento y otros fenmenos pro-pios de este proceso.

    Como se ve, nos sigue diciendo Bosch, las necesidadesde una sociedad que se hallaba en evolucin y que tena ya unactivo comercio exterior exigan la aparicin de un nuevo or-den que iba destruyendo poco a poco al anterior (p.7).

    La problemtica de las instituciones, clases y partidos enla sociedad griega, parte de cmo sta se organiza en el tra-mado poltico-social y jurdico, pues segn Bosch: Las ins-tituciones de las ciudades-estados griegas eran muy simila-res entre s, aun en el caso de que fueran transformadas por

    gobiernos oligrquicos. Habitualmente, en primer lugar es-taba la asamblea popular llamada ecclesia en Atenas yapella en Esparta, a la que pertenecan en los primerostiempos todos los miembros de las tribus que ocupaban cadaterritorio, generalmente a partir de los 18 aos; estaban des-pus los consejos de ancianos, que se hallaban compuestos

    por representantes de las tribus, una de cuyas atribucionesera hacer justicia, y estaba el rey o basileus, que despuspas a compartir sus funciones con los polemarcas y losarcontes (p.8).

    En este contexto los euptridas oligarcas que conservabansus derechos por su elevado lugar o sitial de clase podran elegirse

    y ser elegidos en el marco de los puestos pblicos y de influen-cias en la antigua sociedad griega (Cfr. pp.9-14).La oligarquaconformada por los euptridas griegos y ricos, reclamaban suderecho ystatussocial en cualquier momento en que los mis-mos se sintieran afectados por cualquier desnivel en lapolis. Elsitio de la oligarqua griega era fundamentalmente Atenas, pero

    tambin Esparta constituy un marco de ricos y de riqueza en

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    JUANBOSCHXXIV

    pequeas ciudades donde haba tambin nobles euptridas y

    reconocidas personalidades que dominaron a travs de la escla-vitud (Cfr.pp.11-12; y pp.14-20).Oligarqua y democracia encarnaron dos formas contrapuestas

    segn refiere Bosch: La sociedad de Laconia, o espartana, yla del tica, o ateniense, evolucionaron en forma distinta yllegaron a ser dos polos del mundo griego, al cual pertenecanambas. Ya para los ltimos aos del siglo VIa. de C. estoes, del 600 al 501, pues los siglos y los aos correspondientes ala era anterior a la cristiana se cuentan al revs razn por la cuallos ltimos aos del siglo VIson los que ms se acercan al501, Esparta representaba, encarnaba y encabezaba el idealpoltico de la Oligarqua, y Atenas representaba, encarnaba yencabezaba el ideal poltico de la democracia (pp.14-15).

    Dicha contraposicin generaba en Grecia dos formas, dosestilos del manejo de poder sobresalientes en las prcticas po-lticas locales, pues en todas las sociedades antiguas las rela-ciones de produccin estaban ligadas a la forma de producir ypor lo mismo a un tipo de contradiccin social que segnMarx participaba de los movimientos de resistencias de clases

    subalternas20

    . Engels tambin destac este tipo de problem-tica en las antiguas formaciones sociales europeas21.Pero como ya hemos visto en la lnea trazada por nuestro

    autor, en el caso de la antigua Grecia, la organizacin polticade cada Estado obedeca a niveles y grados diferentes de laevolucin social (Cfr. p.15). La nobleza aquea se uni a losdorios en un proceso de invasin en el que unidos loslacedemonios o espartanos lacones, esclavizaron a los ilotasque eran los habitantes de Laconia, segn Bosch antes de lallegada de los aqueos (Ibid.).

    2 0 Cfr. MARX, Karl, Introduccin general a la crtica de la Economa Poltica /1857, 15ed., Mxico, Eds. de Pasado y Presente, 1987, pp.33-60.

    2 1

    Cfr, ENGELS, F., op.cit., pp.121-149.

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    Una caracterstica del Estado espartano y de su oligar-

    qua era el derecho que el poder de los ricos se dispensabasobre el ciudadano y cmo el esclavismo de los oligarcas yde hecho, de todo la clase oligrquica espartana, era practi-cado con plena libertad de poder: El Estado espartano sedio a s mismo el derecho de disponer de la vida de los ilotasy de darles la muerte cuando lo consideraba til, si bien nopoda venderlos. As pues, en Esparta el esclavista era elEstado, y ese Estado qued organizado sobre la base de laexistencia de una poblacin esclava que era la nica queproduca para mantener al pueblo espartano, pues los ciu-dadanos de Esparta no podan trabajar; todas sus activida-des estaban dirigidas a la guerra, lo que se explica porquedeban estar constantemente preparados para hacerles la

    guerra a los ilotas si estos pretendan rebelarse, como suce-di ms de una vez (p.16).

    La referencia a Aristteles, Licurgo, Soln, Plutarco yTucdides a travs de Struve, quiere hacer legible un funcio-namiento social a travs de la historia poltica griega, perotambin a travs de las mentalidades de clase que desde all

    movilizaron cuerpos de poder y fuerzas discursivas represen-tativas de lapolisy de las relaciones de clase.

    Breve historia de la oligarquaexplica una juntura antigua,relaciones elementales y evolucionadas de produccin, peroadems, modos de vida a partir de los cuales podemos ver yreconocer el orden y el contraorden de las ciudades griegas.

    Bosch, que conoca el aporte de la historiografa francesa eneste sentido, pero que tambin conoca la doxa crtica dehistoriadores franceses en cuanto a la mentalidad griega arcai-ca, interpret en su Breve historialos elementos conjuntivosde la sociedad espartana y ateniense, asegurndose de que suhistoria no fuera solamente econmica y poltica, sino tam-

    bin cultural.

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    Los partidos y frentes oligrquicos estudiados (Cfr.p.20),

    llegaron a crear disturbios segn Aristteles, citado por Bosch.Consejos representativos y procedimientos legales manejadosa conveniencia, hicieron que la clase oligrquica se impusieracomo estructura poltica y mental en lapolisy principalmenteen las acciones del demos. Segn Bosch: En el primer episo-dio de la lucha provocada por la alianza del Estado oligrquicode Esparta y el sector oligrquico de Atenas, el demos de lacapital del tica result ms fuerte que sus adversarios de laoligarqua ateniense-espartana (p.21).

    Ms adelante, y con una mencin ms definida, nuestroautor entiende que todos esos cambios se haban acumula-do, y la crisis provocada por la intervencin de Esparta a favorde los oligarcas atenienses, que pretendieron recuperar el po-

    der encabezados por Isgoras, demostr que desde los tiem-pos de Soln los partidarios de la democracia se haban forta-lecido mucho en Atenas. Tal como lo dice Engels, el comercioy los oficios, incluidos los artsticos, que se practicaban cadavez ms en grande, basndose en el trabajo de los esclavos,llegaron a ser las ocupaciones principales, y los comerciantes

    y los artesanos eran demcratas, y por tanto estaban en luchacontra los oligarcas (p.22). A seguidas, y para describir demanera referida esta estructura arcaica, nuestro autor entien-de que Engels, que hizo una interpretacin de la historia deAtenas sorprendentemente aguda y adelantada a su poca,afirma que prosegua la lucha entre los partidos; la nobleza

    trataba de reconquistar sus viejos privilegios y volvi a tener,por un tiempo, vara alta; hasta que la revolucin de Clstenesla abati definitivamente, derribando tambin, con ella, elltimo vestigio de la constitucin gentilicia (Ibid.).

    Nuestro autor recurre a la necesidad de un anlisis histri-co y poltico articulado como prctica intelectual integradora

    de conocimientos y recursos argumentativos, deseables desde

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    OBRASCOMPLETAS XXVII

    el punto de vista de la exposicin y de la narrativa histrica.

    La particularizacin de estudio de las estructuras productivasde la sociedad, suscita inters para la investigacin histrica,toda vez que el apoyo historiogrfico se va afirmando en loque es un rgimen expositivo combinado y que remite a mo-vimientos de interpretacin necesarios para una concepcinde la historia amparada en narrativas comparadas propias dela tradicin historiogrfica moderna.

    Bosch hace referencias explcitas a las reformas polticas,econmicas y sociales de la sociedad griega antigua. Cuandose revisa todo el marco de la oligarqua griega en su exten-sin, encontramos fenmenos polticos que involucran no so-lamente costumbres y tipos productivos reales, sino tambinfuerzas sociales en choque y contradiccin (Cfr. pp.25-53).

    En sus Conclusiones acerca de las oligarquas griegas,Bosch nos dice que sta no es una historia de Alcibades nide Atenas, y dado que la historia de Grecia gira en torno a lalucha de sus oligarquas y sus sectores democrticos, es inne-cesario hacer una historia completa de las oligarquas griegaspara poder llegar a algunas conclusiones acerca de ellas. Esas

    conclusiones servirn para explicarnos por qu el trmino oli-garqua pas a ser usado en Iberoamrica desde principios delsiglo XIXy tambin por qu hace falta definir con la mayorclaridad su significado actual (pp.34-36, ypassim).

    Una explicacin filolgica se perfila en referencia a la pala-bra oligarqua. Nuestro autor entiende que el recorrido de

    dicho vocablo ha sido arrtmico en cuanto a su paso del grie-go al latn y a las lenguas occidentales. Los llamados vuelosdel trmino implican tambin sus indeterminaciones de uso.

    Al respecto, Bosch precisa que parece que la palabra oli-garqua no lleg a usarse en Roma, que no se incorpor allatn y por tanto no entr en las lenguas occidentales que se

    formaron a lo largo del medioevo. As, el trmino hizo un

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    JUANBOSCHXXVIII

    vuelo de siglos y vino a reaparecer cuando empez a generali-

    zarse otra vez la lectura de Aristteles y Platn. En lo que serefiere a la Amrica espaola, la capa social y econmica mspoderosa de algunos de sus pases empez a ser denominadaoligarqua a principios del siglo XX, y con el andar de los aosesa denominacin se extendi de tal manera que acab que-dando incorporada al lenguaje popular (p.37).

    En el contexto de los ltimos cambios conceptuales que seproducen hoy en lo que se ha llamado la tardomodernidad, ladenominacin oligarqua ha perdido un poco su carga se-mntica de los aos 20 y 30 del siglo XX. En elDiccionario dehistoria y poltica del mundo contemporneo, Oligarqua se defi-ne y explica de la siguiente manera: (Del griego Olgos, poco,y Arch, poder, gobierno). En el mbito de la poltica recibe

    este nombre la forma de gobierno en la que el poder est enmanos de un pequeo nmero de individuos. Los orgenes deeste modo de gobierno se remontan a la antigua Grecia, don-de un reducido nmero de familias controlaban los mecanis-mos del poder. Esta forma de ejercer el poder se ha mantenidoa lo largo de la historia hasta que el desarrollo de las democra-

    cias actuales ha limitado mucho sus posibilidades, si bien laexistencia de grupos de presin poltica y econmica consti-tuye una nueva forma de oligarqua22.

    Una entrada de Oligarqua, con matices explicativos ydiferenciadores se lee en elDiccionario de Sociologa: El trmi-no (Griego: Gobierno de pocos) es introducido por Aristteles

    en su tipologa de las formas de gobierno, como contrapuestaaaristocracia(v.), democracia(v.), etc. A partir del siglo XIXselo usa en la jerga cotidiana y en el anlisis de los pensadoresreformistas y revolucionarios para designar la dominacin de

    2 2Diccionario de historia y poltica del mundo contemporneo, Madrid, Ed. Tecnos,

    2006, p.590.

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    OBRASCOMPLETAS XXIX

    Cliques (v.) o de pocas familias, o simplemente de grupos

    reducidos que ostentan el poder, no sobre la base de suscualidades polticas y del consenso logrado, sino sobre labase de su origen, poder econmico, pertenencia a determi-nados grupos, etc.23.

    De lo anterior se deriva el trmino Oligopolio que se-gn el mismoDiccionario: Designa en Economa una formaespecfica de mercado en la que unos pocos oferentes de granpoder de oferta (empresas, consorcios) se enfrentan a una fuer-te demanda apenas organizada. Esta forma de mercado se ca-racteriza por intensas negociaciones de los Oligopoliosentre s;esto lleva tericamente a planteos de tipo estratgico, como lateora de los juegos24.

    Aunque en la actualidad, debido a los cambios de

    paradigmas en cuanto al modo de gobernar desde la evolu-cin de la democracia, el trmino ha perdido fuerza terica,vemos sin embargo que en elPrimer Diccionario Altermundista

    publicado por ATTAC (Buenos Aires, Capital Internacional,2008),no aparece el trmino ni menciones a formacionesoligoplicas. Mientras que en elDiccionario enciclopdico Uni-

    versal Larousse,en la entrada Oligarquase lee: (del Grie-go Oligarkhia). Rgimen poltico en el que el poder es con-trolado por un pequeo grupo de individuos o familias. 2.Autoridad, influencia preponderante que ejercen en su pro-vecho un pequeo nmero de personas25.

    Consultando elDiccionario abreviado del espaol actualde

    Manuel Seco, Olimpia Andrs y Gabino Ramos, (Madrid,Aguilar, 2000, p.1278), Oligarqua es definida como:

    2 3 Cfr. DELACEBOBAEZ, Enrique y BRIE, Roberto J.,Diccionario de sociologa,Buenos Aires, Ed. Claridad, 2001, p.285.

    2 4 Ibid.2 5

    AA.VV.,Diccionario enciclopdico Universal Larousse, vol. 4, p.1181.

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    JUANBOSCHXXX

    1.Rgimen en que la soberana pertenece a un grupo o

    clase privilegiados. 2. Grupo o clase privilegiadas quedetentan la soberana.Si consultamos dicho trmino en la vigsima segunda edi-

    cin delDiccionario de la Lengua Espaola(Madrid, Real Aca-demia Espaola 2001, p. 1097), Oligarqua es: Go-bierno de pocos. 2. Forma de Gobierno en la cual un podersupremo es ejercido por un reducido grupo de personas quepertenecen a una misma clase social. 3. Conjunto de algunospoderosos negociantes que se anan para que todos los nego-cios dependan de su arbitrio.

    Un rastreo lexicogrfico en torno a oligrquico, oligarqua,oligarca, remite a campos semnticos con valores y maticeslingsticos que, relacionados, confluyen en un significado

    comn que proviene de la raz griega Oligos + Arqu o Arch.Las diferencias explicativas parten del trmino explicado porAristteles en suPoltica.

    En el GranDiccionario Usual de la lengua espaola Larousse,la palabra aparece descrita en su significado lxico de la si-guiente forma: 1. Rgimen poltico en el que, entre los anti-

    guos griegos, ostentaba el poder una minora. 2. Forma degobierno en la que el poder es ejercido por un grupo limitadode personas o una clase social dirigente. 3. Estado con un siste-ma de Gobierno Oligrquico. 4. Grupo de personas que go-biernan en las Oligarquas. 5. Autoridad o influencia prepon-derante que ejercen en su provecho un pequeo grupo de

    personas. 6. Grupo de personas que ejercen esta autoridad26

    .Lo mismo que se lee en elDiccionario anterior citado, serepite en elDiccionario Bsico Anaya27.

    2 6 Gran Diccionario usual de la lengua espaola Larousse, 3 ed., Barcelona, 2006,p.1218.

    2 7

    Diccionario Bsico Anaya, Barcelona, EPES, 2003, p.834.

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    OBRASCOMPLETAS XXXI

    Si proseguimos un rastreo lexicogrfico especializado, en-

    contraremos especificaciones semejantes en cuanto a defini-cin, pues la mayor parte de los investigadores y divulgadoresutiliza el modelo etimolgico proveniente de la tradicin lin-gstica y poltica griega. Como hemos visto, dicha tradicinse forma a partir del discurso aristotlico trazado enLa polticay en la Etica nicomaquea, donde el filsofo asocia Estado y su-jeto, as como sociedad y leyes.

    En la mayor parte de la Amrica continental se han con-formado grupos oligrquicos, as como prcticas esclavistasfundadas en modelos de esclavitud y gobierno de un grupohegemnico que controla medios, frmulas y relaciones deproduccin a su conveniencia. Desde su regreso a RepblicaDominicana a finales de 1961, Juan Bosch despleg una ac-

    tividad poltica, educativa y propagandstica, ligada a lo queentonces era el movimiento poltico y partidista nacional. Poraquellos aos, la terminologa poltica y partidista nacionalera bastante confusa por lo diverso de las interpretaciones ideo-lgicas y polticas, de suerte que Bosch, por aquel entonces,sostena alocuciones radiales, debates televisivos y cursos de

    educacin popular donde se hablaba de oligarqua financiera,capital, sociedades de beneficencia, riqueza acumulada y otrosvocablos a los que Juan Bosch haca referencia.

    Encontramos enBreve historia de la oligarquala intensadocumentacin, anlisis y crtica de clases, la misma que tam-bin encontramos en obras anteriores como Composicin social

    dominicana, en la que Bosch estudia formaciones sociales, cla-sistas, histricas y polticas en la sociedad dominicana.La referencia a un vocabulario poltico en el que se utiliza-

    ban categoras, conceptos histricos y expresiones especialesen el discurso poltico y propagandstico, ha permitido la acla-racin de un lenguaje poltico y de elementos para desarrollar

    un pensamiento crtico-histrico promovido por nuestro autor

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    JUANBOSCHXXXII

    a todo lo largo de su carrera poltica e intelectual. El nuevo

    uso que en Amrica Latina alcanz la palabra oligarqua tuvomucho que ver con las luchas sociales a nivel continental y enpases en los que, como Mxico, Cuba, Argentina y Venezue-la entre otros, se agudizaron los conflictos de clase y poder enel marco de la economa capitalista.

    Nuestro autor se pregunta, entonces: Tuvieron razn loshispanoamericanos que a principios del siglo XIXcomenza-ron a llamar Oligarqua a la capa que se hallaba en la cspidedel poder econmico y social de Amrica? (p.37). Basado, pues,en un estudio diacrnico y sobre todo evolutivo de la palabraen su intenso y extenso significado poltico, responde de lasiguiente manera: S la tuvieron, puesto que la imagen quehaban dejado tras s las oligarquas griegas era la de aristocracias

    terratenientes esclavistas, y al comenzar el siglo XIX, los seoresde mayor poder social y econmico del Nuevo Mundo eranterratenientes esclavistas ennoblecidos (p.38). Y enfatiza: Alos ojos de un lector de Aristteles del siglo XVIIIo de losprimeros aos del XIX nada podr parecerse ms a una oligar-qua griega que la situacin del Brasil, de las islas francesas e

    inglesas del Caribe, de los Estados del Sur de Norteamrica,de los pases americanos de lengua espaola (Ibid.).

    El panorama indicado a propsito de la historia del trmi-no y su realidad en el continente americano, hace que el autorse apoye en la siguiente afirmacin: Amrica vino a ser elnico lugar del mundo occidental, en los tiempos modernos,

    donde la produccin y la sociedad quedaron organizadas abase de esclavos abajo y amos ennoblecidos arriba (Ibid.).Y en efecto, lo que muestra el panorama de las clases socia-

    les en Amrica, es un predominio hegemnico de sus clasespoderosas, oligrquicas y burguesas. El origen de este marcoclasista lo proyect Espaa en Amrica, imponiendo su forma

    o tipo de organizacin social.

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    OBRASCOMPLETAS XXXIII

    Basado en el Manual de historia econmica de Espaade Jai-

    me Vicens-Vives, Bosch explica la importancia de la noblezacastellana, las dinastas arraigadas, sus ambiciones, as comoel contexto de la mentalidad proaristocrtica, la aristocracia yotras formas hegemnicas: Espaa proyect en Amrica sutipo de organizacin social, y no poda ser de otra manera.Segn dice Jaime Vicens-Vives [] a lo largo de los siglosXIVy XVla aristocracia castellana cobra un auge, una impor-tancia tan desmesurada que la convierten en rbitro de Esta-do. Los nobles castellanos no adoptan una posicin defensiva(ante el poder de los reyes) como en los dems reinos occiden-tales sino que, al contrario, cambian las dinastas, se apoderandel patrimonio real y hacen del poder un instrumento desus ambiciones El triunfo y esplendor de la nobleza crea-

    ron en todo el mbito castellano una mentalidadproaristocrtica; no porque se tratara de emular los hechosde los grandes seores, sino porque la aristocracia estabaexenta de todo impuesto y la ilusin mxima del pobre pe-chero castellano [el que tena que pagar impuestos, JB] fue lle-gar a la hidalgua, al objeto de librarse de los impuestos ms

    onerosos (Ibid.).Luego de citar extensamente al historiador espaol (Cfr.

    pp.38-48), Bosch pasa revista y a la vez explica el paso dellatifundio a la esclavitud como la necesaria regularidad deestructuras sociales coloniales proyectadas en Amrica por ladominacin espaola. Y en ese sentido destaca el origen mis-

    mo de la esclavitud en Amrica: La esclavitud comenz enAmrica cuando el propio Almirante don Cristbal Colnenvi a Espaa, para que fueran vendidos all, a unos qui-nientos indgenas de la Espaola apresados en accin de gue-rra. Eso sucedi a fines de 1494, esto es, apenas dos aos des-pus del Descubrimiento. Por Real Cdula del 20 de junio de

    1500, doa Isabel declar que los indios de la Espaola eran

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    JUANBOSCHXXXIV

    vasallos de la Corona de Castilla, y que por tanto no podan

    ser esclavizados. Sin embargo el 20 de diciembre de 1503 lapropia doa Isabel firmaba otra Cdula Real mediante la cualordenaba que se repartieran los indios de la Espaola a raznde cien por cabezas para los altos funcionarios de la isla, ochentaa cada caballero, sesenta a cada encomendero y treinta a cadalabrador (p.43).

    As pues, la tierra deba ser trabajada por sbditos yencomenderos, caballeros y familias de la nobleza: La necesi-dad de explotar la tierra, donada en grandes cantidades, exi-ga mano de obra, y puesto que no la haba castellana habaque usar la del indio. La realidad era ms fuerte que la buenavoluntad de la reina y que sus deseos de que los nuevos vasallosde la Corona fueran vendidos como esclavos en Espaa (p.43).

    Y en efecto, la necesidad de mano de obra para activar eltrabajo, la ganancia de caballeros y encomenderos o funciona-rios de La Corona, necesitaba de la explotacin en el contextode la recin descubierta Amrica: La verdad era que los gran-des latifundios a la manera de Castilla no podan mantenerseen Amrica si no se dispona de mano de obra que los hicie-

    ran producir (Ibid.).En este proceso de repartimiento, encomienda y mita, la

    cacera y venta de indios era un negocio la ms de la vecesilegal. El obispo Fonseca contravena tambin, en algunoscasos, las decisiones de La Corona en este sentido. La explota-cin de la mano de obra indgena pas por etapas de crueldad

    y aniquilamiento. La explotacin del cuerpo como forma deuso y economa de la clase noble castellana, hizo posible elenriquecimiento de los de arriba en perjuicio de los explota-dos de abajo.

    Se ha credo muchas veces que la historia de la esclavituden el Nuevo Mundo comienza con la llegada de los negros a

    Amrica. La economa poltica de la tierra y del oro se iba

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    constituyendo sobre la idea de la produccin y la productivi-

    dad esclavas, de tal manera que la maquinaria de la explota-cin proyectada y ajustada particularmente por La Coronatermin por aniquilar a los indios nativos de la isla.

    Bosch explica toda esta problemtica siguiendo las ideasde J. M. Ots y Capdequ (Cfr.pp.44-45), para los diferentescasos de pueblos de Amrica (Mxico, Per, Santo Domingo,Mrida, Yucatn). El nacimiento, pues, del rgimenoligrquico en Amrica tuvo ribetes hegemnicos muy con-cretos, pues la esclavitud tuvo un significado econmico dealto inters para el concepto de poder ligado a la explotacin.Pero la esclavitud cobr real valor econmico en Amrica cuan-do fueron trados los primeros negros africanos al continentedestinados a la produccin azucarera y minera. Fue entonces

    cuando naci la Oligarqua americana (p.52).Una consideracin en este sentido de tipo sociolgico y

    econmico, particulariza el origen de la oligarqua en las so-ciedades americanas: La oligarqua esclavista del NuevoMundo, escribe Bosch, no fue el producto natural de lassociedades americanas. Lleg desde el exterior, de donde lle-

    garon los esclavos y sus amos, y varias de sus caractersticas,como por ejemplo su aspecto racista, provienen de esa impo-sicin externa. Ahora bien, lo que la cre fue la necesidad deproducir para los mercados europeos, y su explicacin histri-ca est en el papel que jug en el proceso de la acumulacinoriginaria de capitales en Europa (pp.52-53).

    Esta Breve, pero intensa, historia de la oligarquaescrita porBosch, resulta puntual desde el punto de vista de la historiamisma de las clases sociales en Amrica y Europa. Los nume-rosos datos que informan sobre la condicin oligarca y escla-va, permiten entender las causas y condiciones de nacimientode esta capa de poder que determin las formas de esclavismo

    y comercio a nivel continental. Los efectos hegemnicos de la

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    oligarqua en Amrica se deben estudiar a partir de algunos

    condicionantes poltico-econmicos y sobre todo, de algunosniveles de desarrollo desigual, dado el desarrollo tambin des-igual de la produccin y las relaciones de produccin en losdiversos puntos del continente americano.

    Muchas fueron las vicisitudes de la oligarqua como clasehegemnica en el Caribe, pero sobre todo en la lnea de unracismo y una explotacin que en las islas del Caribe, tal comolo explica Eric Williams en Capitalismo y esclavitud, adquiriuna dimensin cruzada de explotacin y sobre-explotacinque aniquil en este sentido a un gran nmero trado hastaaqu (Cfr.p.58).

    Seala Bosch que ese rasgo tan importante para losesclavistas se extendi a territorios franceses y espaoles

    tan pronto unos y otros pasaron a tener una economa basadaen la esclavitud (Ibid.).

    Los comportamientos oligrquicos en Amrica revela-ron diversos aspectos en torno al funcionamiento social dela esclavitud, pues las influencias de las metrpolis en elCaribe insular y la Amrica de habla inglesa, francesa y

    espaola, supone un marco de conflicto y de intereses eco-nmicos y comerciales que hubo de sentirse en todo elContinente hasta bien entrado el siglo XIX. Las plantacio-nes en el Caribe insular y el trabajo esclavo minero, implicun proceso de formacin del neoesclavismo y la sobre-ex-plotacin de mano de obra en todo el mbito de influencia

    de las metrpolis.Las oligarquas inglesa, francesa y espaola en el Caribe, fun-cionaron sobre la base de nuevas licencias comerciales y por lomismo nuevos focos racistas y comerciales impuestos por elcuerpo hegemnico de las oligarquas financieras y blancas enel Nuevo Mundo. Bosch explica el hecho de que las oligar-

    quas americanas eran limitadas en nmero de sus miembros y

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    disponan de riquezas excesivas, dos circunstancias que la ais-

    laban, naturalmente, del comn de las gentes, y el aislamien-to, tambin de manera natural, tenda a deformarlas en elorden psicolgico y mental (p.68).

    Nuestro autor cita una bibliografa selecta de autores yobras que le sirven de base a su pesquisa y a su doxa crticasobre las clases sociales en el Nuevo Mundo. El papel histri-co de las oligarquas americanas gener varias lneas a nivel dela economa urbana y rural. La situacin de avance y choquedel capitalismo premonopolista y monopolista, fue imponien-do modos y relaciones en las diversas reas del comercio y laeconoma, generando tambin una mentalidad oligrquicamarcada por una expresin de aislamiento en el proceso dedesarrollo clasista (Cfr. pp.75-87).

    Nuestro autor se refiere al llamado Comercio Triangularcomo fenmeno europeo en la segunda mitad del siglo XVIII.El Comercio Triangular fue el mecanismo que se puso enfuncin para hacer de las oligarquas de Amrica tributariaseconmicas de Europa. Mediante ese mecanismo se haca lle-gar a Europa la mayor parte de los beneficios que se obtenan

    en Amrica y a la vez se les fijaba a la oligarquas un papel yuna posicin a los cuales no podan renunciar aunque quisie-ran, si bien ellas no queran, y algunas vinieron a quererlocuando ya la esclavitud estaba superada por formas ms avan-zadas de produccin (pp.85-86).

    Bosch narra a seguidas de qu manera se llevaba a cabo el

    Comercio Triangular (Cfr. Ibid). Explica las etapas de funcio-namiento de unas relaciones comerciales entre pases, dondeel capitalismo se iba desarrollando sobre la base de un activocomercio terrestre y martimo en el siglo XVIII; las relacionesentre Europa, frica, y Amrica generaron diversas formas dedominacin y colonialismo en el contexto de propsitos

    hegemnicos e ideolgicos.

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    Llegado a este punto es importante sealar que Breve histo-

    ria de laoligarqua est escrito desde cardinales histricas ydiscursivas organizadas en un eje cultural diacrnico. El fraseoverbal estable y los predicamentos lgicos del discurso, hacende este libro un bucle sociohistrico y sociopoltico til parael conocimiento de lo que ha sido el rol hegemnico de laoligarqua en tiempo y espacio. La enorme cantidad de datosrelacionados y sobre todo el caudal de fuentes utilizadas paraanalizar el funcionamiento de la esclavitud en Amrica, Eu-ropa y las colonias gobernadas y dominadas por las grandesmetrpolis en base a un comercio cruzados por signos epocales,explican la formacin y la base de dominacin oligrquicasobre la base de la superexplotacin y el trabajo esclavo.

    Pero el libro focaliza, adems, los grandes temas polticos,

    econmicos y territoriales de los pases de Europa, Amrica y elCaribe, en el marco de una tcnica, una economa y una forma-cin capitalista incipiente y con visos de desarrollo lento. Elsealamiento que hace Bosch a propsito de la orientacin eco-nmica no sorprende si se tiene en cuenta la precedente historiapoltica de estos pueblos y las lneas sociopolticas que justifica-

    ron la explotacin y las fuerzas mercantiles que produjeron lasrelaciones de conquista y subyugamiento econmico: La con-secuencia natural de una economa orientada hacia el exteriorera que todos los canales de distribucin se hallaban tambin odirigidos al extranjero o destinados a servir al comercio impor-tador. Cada pas oligrquico era, pues, dependencia econmica

    de un poder exterior. Esa condicin no podr cambiarse, unavez liquidadas las oligarquas, porque no haba produccin in-terior que supliera los bienes de consumo que se importaban, yni siquiera podan establecerse relaciones de intercambio entrelos pases que haban sido oligrquicos dado que todos eranproductores de los mismos renglones y cada uno de ellos se en-

    contraba en situacin parecida a la que sufran los otros (p.121).

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    La problemtica econmica estimada sobre la base de rela-

    ciones, modos de producir, relaciones de produccin, valor deuso y otros, va constituyendo las bases de una lgica vivientede lo real. En lo que a Repblica Dominicana se refiere, lapalabra oligarqua se ha tocado de muy variadas maneras,debido a la confusin que impone el ambiente poltico parti-dista entre 1960 y 1970, pero tambin los representantes degrandes y pequeos partidos que han incidido en el marco delas luchas ideolgicas y polticas del pas. Indudablemente, laexplicacin y el modo de explicacin que sobre la base infor-mativa e histrica despliega nuestro autor a todo lo largo deeste libro, tambin se extiende a otros escritos suyos comoEl Estado, sus orgenes y desarrollo yClases sociales en la Repbli-ca Dominicana. El uso terico y crtico asumido por Bosch

    tiene sus antecedentes textuales en los Grundrisse o Elementospara la crtica de la Economa poltica, donde Marx lleva a cabouna investigacin en torno a los problemas de la economacapitalista y sus estructuras diacrnicas y sincrnicas. Se tra-ta de analizar elementos fundamentales. De ah la denomi-nacin alemana de Grundrisse Grund!, esto es, Fundamen-

    tos, a partir de conceptos tericos y categoras comoproduccin, distribucin, cambio, dinero, circulacin, va-lor, capital y otros28.

    Los Grundrissea los que se refiere Bosch (p.76) son manus-critos de una obra no terminada, pero donde se plantean asun-tos histricos, econmicos y polticos del sistema capitalista.

    Las variadas y mltiples referencias a obras y autores, docu-mentan todo un marco analtico particularizado en fuentespara el estudio de la oligarqua y las relaciones de produccinen la lnea de una comprensin global del concepto.

    2 8 Cfr. MARX, Karl, Elementos fundamentales para la crtica de la Economa poltica

    (Grundrisse). 1857-1858, 10 ed., Vols. 1, 2, 3, Mxico, Siglo XXI eds., 1980.

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    Volviendo a la reflexin de Bosch en torno a las oligar-

    quas esclavistas de la Amrica continental leemos la si-guiente consideracin: La Revolucin Industrial acabmatando a las oligarquas esclavistas americanas, que tan-to haban contribuido a su aparicin, as como la prolifera-cin del comercio y de la artesana en el tica acabarasiendo una pualada en el corazn de la oligarqua ateniense.Las oligarquas de Amrica dependan de la esclavitud en lamisma medida en que sta se hallaba sometida a ellas, y laesclavitud no poda sostenerse en la era industrial porque loque ella produca era ms caro que lo que producan lasmquinas (p.107).

    A propsito de la desaparicin de las oligarquas esclavistasde Amrica, nuestro autor llama la atencin sobre un aspecto

    que se debe tener en cuenta al caracterizar el problema: Seraun error pensar que a la desaparicin de las oligarquasesclavistas de Amrica le sucedi la formacin y el desarrollode burguesas. Lo que sigui fue un estado de pobreza gene-ral que facilit la resurreccin de las oligarquas con nuevasapariencias (Ibid.).

    Vemos que adems de un cuerpo de enunciados afirmati-vos o aseverativos, existe en Bosch la base de una exegticapoltica e histrica donde sobresale cierta movilidad dialgicay recesiva, en la lnea de un argumentario histrico basado enla lgica del descubrimiento poltico. El anlisis de estructu-ras est ligado tambin al anlisis de coyunturas histricas y

    socioculturales, de tal manera que la exposicin o relato de loseventos o secuencias histricas, remite siempre a una realidaddinmica local o internacional (Cfr.pp.116-119). Las conse-cuencias observables desde un mbito nacional influido porimposiciones polticas econmicas y particularmente comer-ciales, se reconocen en este proceso como efectos coyunturales

    y direccionales.

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    Situado nuestro autor en el contexto terico y conceptual

    planteado por Marx, los economistas ingleses y franceses, sur-ge de su anlisis, a propsito de la oligarqua, el hecho de queDurante los siglos de duracin del sistema oligrquico, to-das las actividades econmicas, si se exceptan las de subsis-tencia, se dirigan a o provenan del exterior (Cfr. p.120).

    Breve historia de la oligarqua, pues, representa en la obrahistrico-sociolgica de Juan Bosch una etapa de reflexin yestudio de las clases sociales incluyentes de momentos y eta-pas donde el autor necesita aclarar, desde un marco de forma-cin especfica, los problemas, contextos de desarrollo, influen-cia y estructura de la oligarqua entendida como clasedominante y sistema poltico-social hegemnico en la anti-gua Grecia, frica, Amrica Latina, el Medio y el Extremo

    Oriente. La inscripcin de estudio sostenida en esta obra sus-cita, sin embargo, muchas preguntas sobre tan duradero sis-tema de dominacin poltica y econmica con aspectos, for-mas y rasgos todava vigentes en el momento actual de la vidasocial, la crisis poltica internacional y nacional.

    Tres Conferencias sobre el feudalismoLos estudios medievales enfocados en la vertiente de lahistoriografa francesa y germnica, ocuparon (y an ocu-pan) un territorio intelectual con incidencia en la economa,la poltica, la historia, la cultura, las artes y la literatura,luego de que ciertas tendencias del anlisis histrico privile-

    giaron especialidades sobre la Edad Media (alta y baja), perosobre todo a partir de las ideas de Lucien Febvre, MarcBloch, Jacques Le Goff, George Duby, Jean-Pierre Poly,Andr Vauchez, Robert Dossier y un considerable nmerode investigadores que ha trazado campos de trabajo y bs-queda sobre la vida, la economa, la poltica, la geografa y

    la mentalidad feudales.

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    La importante sntesis de Georges Duby Quest-ce que la

    socit fodale?29

    , recoge las investigaciones en torno a la econo-ma rural y la vida campesina en lo que se ha llamado el oc-cidente medieval, el seoro, el comercio, las condicionesnaturales, las estructuras agrarias, la renta, las calamidades, laextensin de dominio, el cultivo, el trabajo y la tierra, el amor,el matrimonio, la estructura familiar, las instituciones judi-ciales, y todo un tramado de la sociedad feudal poco conoci-do, y, a veces poco tratado por los especialistas o medievalistasde profesin. En este sentido los estudios feudales han signi-ficado para la investigacin histrica un campo de fuerzas in-telectuales til y aprovechable para el conocimiento contextualy particularizado de las sociedades campesinas antes y des-pus del ao mil. El llamado despertar de Europa entre

    950 y 1250, signific un marco de consciencia histrico-po-ltica y de dominacin orientado a las costumbres, la vida delimperio en los siglos Xy XI, lo que fue el Oriente prximohacia el ao 1000, los planos del espacio feudal, los rostros dela nobleza, el alodio y el feudo, la iglesia y su papel domesti-cador, el clero, los asentamientos estatales y las preocupacio-

    nes del podero religioso y econmico.Estos puntos que formaran parte de una agenda de estu-

    dio y trabajo intelectual direccional, adquieren valorhistoriogrfico, poltico e intelectual al momento de analizarlas Tres conferencias sobre el feudalismo,de Juan Bosch, incluidaen este volumen. Tal como se especfica en la Explicacin,

    la obra es el resultado de tres conferencia sobre el tema dicta-das el 28, 29 y 30 de abril de 1971. Y al respecto, explica:El lector de este trabajo no va a encontrar en l una historia

    2 9 DUBY, Georges, Quest-ce que la socit fodale?, op.cit., pp.1209-1361 y pp.1362-1412, donde el medievalista francs desarrolla toda una investigacin entorno a las lneas de vida, trabajo, clase, artes, literatura y condicin

    sociocultural de las mentalidades en el feudalismo.

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    poltica de los tiempos feudales sino una exposicin de qu

    cosa fue y cmo funcion la sociedad feudal en sus dos mani-festaciones, la del feudalismo agrario o rural y la del feudalis-mo urbano (p.145).

    Bosch se propuso, adems, contribuir al debate de las ideassociales y polticas en la Repblica Dominicana posterior a lainsurreccin de Abril de 1965, y luego de que reinara en elpas bastante confusin terica e ideolgica a propsito dealgunos temas relativos a las formaciones econmico-socialesy a sus estructuras polticas. El espritu de Tres conferenciasimplic tambin un llamado, una orientacin a propsito deltrabajo agrario, de las estructuras del campo en el mbitocaribeo y latinoamericano.

    Precisamente el Vocabulario propuesto por Juan Bosch

    para que se conozca antes de comenzar la lectura de lasconferencias, apunta a un espacio y a un esclarecimiento con-ceptual o categorial para el manejo de los problemas propiosde la sociedad feudal (Cfr.pp.147-150). La bibliografa sobreFeudalismo y Edad Media que para comienzos de la dcada delos 70 era escasa en el pas, puede sin embargo orientar al lector

    de esta obra (Cfr.pp.233-234), siendo as que su apoyo intelec-tual conduce a una profundizacin de campos, asumidos por elautor y sus puntos de referencia histrico-intelectuales: GeorgesDuby, Will Durant, Kosmisnky, Jacques Le Goff, HenriPirenne, Carlos Marx y Max Weber, entre otros.

    Pero aparte de las referencia-tericas, intelectuales y pro-

    piamente histricas reconocidas, el tema del feudalismo trata-do en Tres Conferencias... hace entender que la vertiente cultu-ral, poltica e histrica del mismo requiere, como al efecto estratado, de un contexto cultural amplio, pues se trata de unsistema social, una formacin econmico-social que ha dura-do diez siglos con irradiaciones, influencias, remanentes y usos

    posteriores a los siglos X, XI, XII, y XIII.

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    Qu motiv a Juan Bosch a dictar y publicar estas tres

    conferencias sobre el feudalismo en un pas como la Repbli-ca Dominicana, y en el ao 1971? Al margen de que tratabade llamar la atencin hacia un sistema europeo poco estudia-do en el pas, era tambin una manera de decir a ciertos histo-riadores y polticos que en Santo Domingo no haba habidofeudalismo, porque en Espaa no lo hubo tampoco: De to-dos modos, lo que haba en Espaa cuando lleg la hora de laconquista de Amrica no era feudalismo. La sociedad feudalno hubiera podido conquistar Amrica porque una de las ca-ractersticas del feudalismo era el fraccionamiento del poderpblico a travs de la multiplicacin de los seores en la etapadel feudalismo rural y a travs de los poderes municipales enla etapa del feudalismo urbano. Los seores y los municipios

    tuvieron todos los poderes, pero en escala minscula. Ningu-no de ellos hubiera podido acometer y llevar a cabo una em-presa tan gigantesca como la conquista de Amrica. Para ha-cer eso haca falta un poder grande, un poder verdaderamentepoderoso, como era el de los reyes espaoles a finales del sigloXV (p.230). Adems, abordaba el tema en un momento en

    que el Presidente de la Repblica de entonces hablaba dereforma agraria, del carcter de la reforma en el campo, due-os de la tierra, agrarismo reformista y otros tpicos tambinbastante confusos para la poca.

    De ah la importancia de las Tres conferencias en el pla-no informativo, econmico, poltico y cultural. Las mis-

    mas no constituyen un estudio acadmico y sistemtico conuna bibliografa actualizada al momento de emprender talempresa. Pero dichas conferencias llenaron, sin embargo,cierta expectativa en cuanto a la inexistencia del feudalismoen el pas y en Amrica Latina, obligando a algunos histo-riadores, socilogos y polticos a repensar el tema de lo feu-

    dal y el feudalismo.

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    As pues, Juan Bosch asume la problemtica de lo feudal y

    el feudalismo en Europa, analizando el vasallaje y los diversosseoros en los pueblos de la Europa septentrional, pero tam-bin la produccin econmica en la Baja y la Alta Edad Mediacomo elemento constitutivo de la formacin poltica feudal.

    El modo caracterstico de exposicin de los hechos hist-ricos facilitado por nuestro autor se inscribe en una narrati-va de tipo recesivo, por cuanto el autor acumula, ordena,analiza y narra los hechos histricos a partir de una estruc-tura dialgica de transmisin de conocimientos incidentalesen el lector. El modo cualitativo que genera la pragmticade la misma exposicin (relacin entre hablante o emisordinmico y oyente o pblico participante), produce los efec-tos que en contexto adquieren valor pedaggico en el orden

    propiamente comunicativo.Pero tambin, el marco de estudio y anlisis establecido

    por el mismo nivel de exposicin, promete momentos de re-flexin que activan un conocimiento real sobre el tema deli-mitado y asumido como campo de investigacin.

    El enfoque de Tres conferencias se apoya en la instruccin

    poltica y econmica, obviando en parte la artstica, la estti-ca, la filosfica y otras, y privilegiando el modo de produc-cin y las relaciones de produccin feudales. La abundanciade datos en el relato y su comparacin como procedimientodialgico-discursivo, desarrolla una estructura de relacionesmanejadas como eventos especficos, a travs de los cuales el

    historiador revisa los datos obtenidos sometindolos a con-trastes crticos y socio-histricos, para de esta manera infor-mar de manera segura en el orden expositivo.

    La forma de trabajo y las imgenes econmicas y de domi-nacin en la sociedad feudal, particularizan estados y condi-ciones de produccin reconocibles en la formacin de la cris-

    tiandad occidental y oriental. Sobresale en este caso la ruralidad

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    y ms que sta el proceso de ruralizacin que afirma el modo

    de produccin feudal en sus constantes de poder, seoro yvasallaje. El rgimen seorial se reconoce como estructuradominante, registrando as elementos patentes de la forma-cin econmica rural en la sociedad feudal.

    Guy Bois, refirindose al rgimen seorial, explica: De laposesin de la tierra se desprenda la pujanza social, y as elgran propietario se haba transformado inexorablemente enun verdadero seor que detentaba un poder de coercin sobresus torrentes. Todo ello daba cuerpo a la idea de una sociedadaltomedieval ya fuertemente feudalizada, y justificaba esa vi-sin tradicional de la Edad Media evocada ms arriba30.

    Lo anterior hace pensar en los grandes dominios de la po-ca merovingia y carolingia en la Europa central, del Norte y

    del Sur: Del norte al sur de la vieja Galia, la civilizacin ruralpresenta demasiadas diversidades geogrficas e histricas31.

    Antes que el historiador Guy Bois publicara suLa revolu-cin del ao mil, Marc Bloch public en 1931Les Caractresoriginaux de lhistoire rurale franaise32, donde planteaba des-de su concepcin histrica totalla problemtica de la tierra,

    el agro medieval francs y de otros puntos de la Europameridional. Esta obra importante en la produccin de la revista

    Annales, creada bajo el impulso de Lucien Febvre, iba a influiren los nuevos historiadores de esta escuela. En efecto, y, segnGuy Bois: La nocin de Edad Media implica la existencia deuna sociedad medieval o feudal cuyas caractersticas princi-

    pales se haban fijado muy pronto, inmediatamente despus

    3 0 BOIS, Guy,La revolucin del ao 1000, 1 ed., Barcelona, Ed. Crtica, 2000,p.20.

    3 1 Ibid., p.21.3 2 Cfr. BLOCH, Marc,Les caractres originaux de lhistoire rurale franaise, Paris, 1931;

    ha sido publicada en espaol bajo el ttulo:La tierra y el campesino: agricultura

    y vida rural en los siglos XVII y XVIII, Barcelona, Editorial Crtica, 1978.

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    de las migraciones de los pueblos germnicos. Es as de sen-

    cillo? Por otra parte, a esta etiqueta le sigue una caracteriza-cin singularmente borrosa: atomizacin poltica, una aristo-cracia duea de la tierra, fuerte incidencia del cristianismoUna definicin como esta pone de relieve lo esencial? Es unhecho que estos modelos de pensamiento resultan cada vezms obsoletos y menos operativos; la prueba est en las grie-tas que van apareciendo y que se multiplican por toda la fa-chada del viejo edificio33.

    Discutir el feudalismo, plantearse tres conferencias sobreun sistema social influyente en toda la sociedad occidental yen la mayora de los pueblos de Oriente y Amrica, significaun compromiso intelectual y poltico no puramente gratuitoy ldico. Se trata de que el feudalismo y la feudalidad han

    incidido en la sociedad dominicana hasta nuestros das, puescomo sugieren algunos medievalistas (Guy Bois, Jacques LeGolf, G. Duby, J. H. Mundy, W. Kula, R. Fossier, J. Heers,J. P. Poly), la Edad Media es lo que ms cerca est de la edadcontempornea34.

    Juan Bosch esboza un cuadro temporal, econmico e his-

    trico, para de esta manera constituir una narrativa histri-co-poltica del feudalismo basada en elementos, estructurasy niveles de representacin social. En la segunda conferen-cia Bosch va perfilando una explicacin un tanto funcionaldel feudalismo, con abundantes ejemplos geogrficos e his-tricos, pero sobre todo con descripciones sociolgicas y

    polticas que se repiten como forma y fondo en toda la Eu-ropa meridional y que nuestro autor va desarrollando a par-tir de consideraciones histricas y polticas de las clases diri-gentes y subalternas.

    3 3 BOIS, Guy, op.cit., p.15.3 4

    Cfr. nota 9.

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    Basado, como ya hemos visto, en una concepcin particu-

    larizada en lo social, Bosch analiza la sociedad feudal a la luzde acciones y cambios en la ideologa religiosa y guerrera dela poca, y haciendo referencia a lo que Duby llam las con-diciones naturales y las estructuras agrarias, el comercio, elseoro, la expansin de la produccin rural, la comunidadaldeana, la produccin rural, los ricos y los pobres, as comootros incidentales histricos propios de la sociedad feudal35.

    Bosch, por otro lado, no se plantea un estudio sobre lallamada revolucin feudal a la que hace referencia el histo-riador y medievalista francs Georges Duby, pues an no sehaba publicado la obra fundamental, en este sentido, de estehistoriador36.Los tres rdenes o lo imaginario del feudalismo,pu-blicado en francs en 1978, fue un acontecimiento intelec-

    tual posterior a las Tres conferencias... (1971). Bosch no dispo-na tampoco de los aportes relevantes que algunos medievalistasy especialistas en sociedades feudales haban hecho posterior a1971. Sin embargo, el esfuerzo de nuestro intelectual fue loa-ble en el mbito local y hasta produjo discusiones acendradasen, y, con polticos izquierdistas del pas.

    La descripcin y narracin que produjo Bosch en Tres con-ferencias incit, sin embargo, al estudio de las clases socialesy, ms tarde, el mismo autor publicara una seleccin de ensa-yos sobre las Clases sociales en la Repblica Dominicana(1982),en la cual propuso un trazado funcional e histrico de lo quelas mismas han significado en su pas. Dicho libro conecta

    con El Estado, sus orgenes y desarrollo,donde se toca dicho temaa partir de aspectos necesarios para entender la nocin de po-der y estructura social.

    3 5 Cfr. DUBY, Georges, Economa rural y vida campesina op.cit., pp.298-307 ypassim.

    3 6 Cfr. DUBY, Georges,Los tres rdenes o lo imaginario del feudalismo, Madrid, Ed.

    Taurus, 1992, pp.207-229.

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    OBRASCOMPLETAS XLIX

    Como ya hemos puesto de manifiesto, la problemtica de

    las relaciones feudales en el mbito europeo medieval (y hastamoderno), conduce a un entendimiento de los signos propiosde un sistema donde la fe, el trabajo y la guerra, aseguran elpoder de una nobleza cuya visin del mundo est regida porlos poderes de Dios en la civilizacin del Occidente medie-val como dira Le Goff37. Todos los usos polticos de la cris-tiandad latina, constituyeron una travesa donde las tensionesentre clrigos y vasallos, ricos y pobres, poderosos y subalter-nos, seores y campesinos, campo y ciudad, propiciaron unacultura donde los tres rdenes, predicar, trabajar y combatir,respectivamente orare, pugnare, agricolari-laborare, implican lasacciones en sujetos sociales propios de la mentalidad feudal:Oratores, laboratores y bellatores38.

    Para los medievalistas Jean-Pierre Poly, Andr Vauchez, yRobert Fossier, lo que constituy el llamado Despertar deEuropa, (950-1250) fue la relacin o conjunto de relacionesque se dieron en las comunidades libres del sur de Europa, elnorte de Francia y Catalua, entre otras regiones. Los gruposde poder de Pars, Baviera, Borgoa, Lombarda, Alsacia y

    Auvernia, mantuvieron su predominio en las instancias delclero, los campesinos, los nobles y familias dependientes desangre, fe y lucha por la hegemona social. El panorama, eneste sentido, se complic en algunas regiones como las men-cionadas, debido a las tensiones que se produjeron entre no-bleza y campesinado, entre usos y modos, costumbres, tcni-

    cas y fuerzas laborales que poco a poco iban perdiendo valor eincidencia en el mbito de las formaciones feudales. SegnJean-Pierre Poly: Las tormentas del siglo Xdisiparn la ilu-sin, o al menos la harn menos defendible: a medida que se

    3 7 Cfr. nota 8.3 8

    Cfr. DUBY, Georges,Los tres rdenes op.cit., p.43.

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    JUANBOSCHL

    disloca el imperio y se fragmenta se regionaliza la clase que

    pretenda dirigirlo, se va acallando la altiva voz de los no-bles analistas. Personajes menores toman su relevo,hagigrafos o cronistas locales, observadores menos amplios,pero a menudo ms finos, de la realidad social. Los textosque redactan dan una imagen de la nobleza bastante dife-rente de la que nos imponan los anales. Una imagen o msbien varias imgenes39.

    Las imgenes de la nobleza, el espacio y el tiempo en elfeudalismo, se explican por las funciones sociales e ideolgi-cas en una ge