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    PRESENTACION AL PREMIO ANDRES BELLO DE MEMORIA

    Y PENSAMIENTO IBEROAMERICANO 2004

    Modalidad ensayo

    De Simn Rodrguez a Paulo Freire

    Autor: Adriana Puiggrs

    Seudnimo para el concurso: Victoria Gaviria

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    ENS YO SOBRE LTERN TIV S

    Para la integracin de nuestra cultura

    Nota para el corrector: la palabra ensayo forma parte del ttulo

    Presentacin al Premio ndrs Bello de memoria y pens miento ibero meric no

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    INDICE

    Introduccin

    Parte I: Las alternativas cambian con el tiempo

    1. Del reproductivismo a la polmica Freire- Illich

    2. La desescolarizacin

    3. La polmica Illich-Freire

    4. Crticas con escasas alternativas

    5. Tradicin y transformacin

    6. Buscando otras posibilidades tericas

    7. Reivindiquemos a la vieja y gorda vaca sagrada

    8. La reduccin neoliberal del sujeto

    9. El valor de las microexperiencias educativas y sociales

    Parte II: Pesquisa en el bal de la historia

    10. El retorno de una evocacin

    11. El sujeto latinoamericano

    12. Las bases polticas de la educacin

    13. Las bases productivas de nuestras naciones

    14. Un encuentro que no fue

    15. La cuestin de los orgenes

    16. Qu buscas con los ojos fatigados de cielo, /ms alto que la vida y sobre la

    pasin?[1]

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    Parte III: Ser cierto que, como dijo el nigromante, somos unos nadas?

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    17. Cuestionamientos a la experiencia

    18. Educacin y saberes socialmente productivos

    19. Peligros que nos acechan

    20. La continuidad de la experiencia

    21Por qu buscamos a Simn Rodrguez?

    22. Sujeto poltico o choque de culturas

    23. Iberoamrica. Latinoamrica, Europa

    24. Hacia la unidad, articulando la diferencias

    25. En sntesis

    Parte IV

    26. Polticas de Estado para la integracin

    INTRODUCCION

    Los trminos Iberoamrica y Amrica Latina o Latinoamrica han tenido dis-tintos usos y significados a travs de la historia. En este ensayo utilizar ambos,excepto cuando se trata de referencias o citas de autores, en cuyo caso prefierorespetar su eleccin. Pero incluir implcita o explcitamente al Caribe, cada vezque nombre a Amrica Latina.

    La utilizacin de aquellos nombres no significa que los considere coextensivos.Pero he preferido que les otorgue sentido el contexto del discurso. Entre ellosexisten diferencias y su deconstruccin, que no es materia de este trabajo, dejar-

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn2#_ftn2http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn2#_ftn2http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn2#_ftn2http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn2#_ftn2
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    a ver conflictos entre los pases ibricos y los latinoamericanos, y entre estosltimos. No puede reducirse nuestra regin a su territorio ni a sus lenguas prin-cipales. Aunque sostendr que es urgentehabitar nuestras lenguas, creo que pa-ra que sea posible debemos atender la desigualdad social y econmica crecienteentre Europa y Amrica Latina y el Caribe, que aleja las posibilidades de integra-

    cin del rea. Existen razones de largo plazo para que los pases ibricos, Latino-amrica y el Caribe acten cooperativamente. Esas razones importan ms que losmotivos que proporciona el neoliberalismo para su distanciamiento.

    Desde la poca de su fundacin, nuestras naciones tendieron a vincularse me-diante hiptesis de conflicto antes que de integracin. En las ltimas dcadas seha avanzado por un camino distinto, marcado por la Comunidad Andina de Na-ciones, el Convenio Andrs Bello, el MERCOSUR, el Sistema de Integracin Cen-troamericana(SICA), la Comunidad del Caribe(CARICOM) y numerosos acuerdosbilaterales de coexistencia pacfica y colaboracin. Sin embargo la integracin

    tiene caras mltiples y sus contenidos varan con el correr de la vida social y lasituacin internacional. Acuerdos econmicos equitativos y compensatorios de ladesigualdad, convenios culturales, articulaciones educativas, programas sociales,son acciones que deben ocupar a los gobiernos y a las sociedades. Polticas deEstado que involucren a las regiones en el mediano y largo plazo deberan facili-tar la reconexin de zonas que comparten pasados, condiciones econmicas yculturas, pero estn distanciadas por circunstancias polticas muchas veces ca-rentes de actualidad.

    El problema de la integracin admite diversas formas de abordaje, entre lascuales la cultura y la educacin tienen un relevante papel. En la primera parte deeste ensayo discutir la carencia de proyectos alternativos de las teoras repro-ductivistas y en la segunda parte propondr reconstruir una historia de la educa-cin que enhebre las alternativas tendientes a aportar capital social y cultural anuestros pases. Le dar especial importancia a las miradas poltico pedaggicasibero-latinoamericanistas y caribeas. En la tercera parte del texto, interesa es-pecialmente revalorizar la experiencia ibero-latinoamericana y caribea, en elconvencimiento de la continuidad de su historia y de la potencia educacional desu pueblo. Finalmente trazar algunas lneas programticas, tan solo con la ideade dejar sentada una orientacin posible de la integracin de los saberes social-mente productivosde nuestros pases.

    En esta versin agregu las referencias que haba omitido en la presentacin deeste trabajo al Concurso sobre memoria y pensamiento de Iberoamrica, delConvenio Andrs Bello para respetar la condicin de anonimato.

    22 de agosto de 2004 Adriana Puiggrs

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    Parte I

    Las alternativas cambian con el tiempo

    1. Del reproductivismo a la polmica Freire- Illich

    En los aos 80, an segua vigente una utopa evolucionista que pronosti-

    caba para las ltimas dcadas del siglo altos niveles de alfabetizacin, superacin

    de la desercin y del fracaso escolar, con instrumentos de anlisis social de corte

    funcionalista, se hacan proyecciones lineales de la situacin, de las tendencias y

    de los efectos positivos que supuestamente produciran los programas de los

    organismos internacionales para los pases llamados subdesarrollados.

    La estructuracin de la educacin moderna an no mostraba signos de

    crisis orgnica. Los mayores problemas que presentaba eran producto de la ex-

    pansin de los sistemas escolares, antes que de su fracaso. La poblacin tena

    confianza en la escuela y en la Universidad. A fines de los `60, especialmente en

    pases donde el sistema escolar era eminentemente de corte napolenico, se

    produjeron masivas manifestaciones pidiendo la democratizacin de las univer-

    sidades. La problemtica de estas ltimas reflejaba el crecimiento de la deman-

    da, por parte de generaciones que alcanzaban a terminar la enseanza media,

    tanto en los pases avanzados como en los perifricos. La educacin escolarizada,

    ya centenaria, tambin requera profundas reformas, pero no peligraba la inte-

    gridad de los sistemas escolares, al punto que era posible criticarlos frontalmen-

    te sin perjudicar a la educacin pblica.

    Cuatro corrientes crticas agruparon a los educadores y polticos de centro

    izquierda y de izquierda que, en el lenguaje de aquella poca, podramos clasifi-

    car como desarrollistas y revolucionarios. Las izquierdas francesa, inglesa y

    norteamericana encabezaron un movimiento fuerte en medios acadmicos: el

    reproductivismo. Sus ideas tuvieron una importante difusin en universidades

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    iberoamericanas y caribeas, especialmente, al extenderse las maestras desti-

    nadas a la formacin postgraduada de los docentes.

    El punto de coincidencia, entre los autores del reproductivismo, fue la consi-

    deracin de la educacin como un dispositivo de reproduccin de la ideologa

    dominante. Las referencias fundamentales de esa corriente fueron el texto Ideo-

    loga y aparatos ideolgicos del Estado de Louis Althusser (1918-1990) y la

    obra de Pierre Bourdieu (1930-2002), en especial su libro en coautora con

    Claude Passeron, La reproduccin, que diera nombre a esta corriente. El prime-

    ro fue profusamente ledo en ctedras de universidades e institutos de formacin

    docente latinoamericanos, en tanto el segundo presenta un ordenamiento deduc-

    tivo difcil de transitar, por lo cual fue ms objeto de frecuentes citas, que cuida-

    dosamente estudiado. El libro de Baudelot y Establet La Escuela capitalista de

    Francia fue otro clsico. Por su parte el ingls Basil Bernstein (1924-2000) in-

    trodujo una teora lingstica de la reproduccin social, argumentando segmen-

    taciones escolares, acompaadas por el xito o fracaso en el aprendizaje, corres-

    pondientes a los cdigos de clase. Su trabajo Class, Codes and Control impact

    en mbitos acadmicos especializados.

    Dos autores norteamericanos, Bowles y Gintis, publicaron en los aos 70 un

    libro que asombr a una comunidad educativa acostumbrada a creer que la edu-

    cacin estadounidense cumpla con los preceptos democrticos instalados por

    los fundadores de la Nacin Americana. Con argumentos que exhiban la des-

    nudez del Rey, denunciaron que la inequidad y desigualdad ayudaba a reprodu-

    cir el sistema escolar. Autores posteriores alinearon la crtica de Bowles y Gintis

    con las corrientes histricas del reformismo de Horace Mann y el pragmatismode John Dewey, y apostaron a una corriente radical. Que tuvo en su mira a la

    escuela, pero que en la actualidad denuncia fuertemente al proyecto educativo

    neoliberal en su conjunto. Entre los representantes ms destacados se encuen-

    tran Ira Shor, Martin Carnoy, Henry Giroux, Peter McLaren, Michael Apple, Car-

    los A. Torres y otros

    2. La desescolarizacin

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    Una corriente ms, fue la encabezada por el sacerdote tercermundista Ivn

    Illich, quien se haba instalado como Vicerector de la Universidad Catlica de

    Puerto Rico en 1956, creando de inmediato el Instituto de Comunicacin Inter-

    cultural y dirigiendo tiempo despus, en Cuernavaca, Mxico, el Centro Intercul-tural de Documentacin (CIDOC). Illich era un notable polglota, formado para

    trabajar en las oficinas del Vaticano y conoca perfectamente el Derecho Canni-

    co, la diplomacia y las ciencias polticas eclesisticas. Sin embargo, prefiri emi-

    grar a Amrica Latina, donde gener una actitud crtica hacia la burocracia de la

    Iglesia Catlica , que culmin con el psicoanlisis de los sacerdotes del CIDOC, a

    cargo de una reconocida profesional mexicana, provocando la sancin de varios

    de ellos por parte de las jerarquas eclesisticas. Illich se hizo famoso por su ale-

    gato a favor de la eliminacin de la institucin escolar, proceso que consideraba

    idneo para revolucionar la sociedad opresora.

    Es notable la anticipacin que aportara Illich acerca de un mundo tecnifi-

    cado, en el cual el trabajo humano perdera su valor y grandes masas estaran

    desocupadas. Consideraba a Amrica Latina una sociedad feudal y adhera a la

    teora del dualismo socio cultural, que supona la existencia de dos sociedades

    divorciadas entre s, en la regin. Sostena que la situacin sera grave porque

    sus pases pasaran de la era de la agricultura primitiva a la era del jet. La mayor-

    a marginada crecera mucho ms que la minora escolarizada, lo cual constituir-

    a un nuevo tipo de fractura, distinta de las formas resultantes de las tradiciona-

    les de discriminacin de la sociedad hispanoamericana. En pleno Siglo XX era

    difcil vislumbrar el dantesco cuadro con el que se iniciara el Siglo XXI.

    Pero Illich era contrario a la combinacin entre tecnologas del pasado ytecnologas del futuro. Entre las caducas, inclua los ferrocarriles, los sistemas

    escolares y los sistemas de salud. Haba que deshacerse de ellos: Latinoamrica

    no debe darse el lujo de mantener instituciones sociales obsoletas en medio del

    proceso tecnolgico contemporneo[3]Pero recomendaba vigilar que esas insti-

    tuciones no fueran reemplazadas por otras, que obstruyeran la libertad ilimitada

    que los hombres requeriran para aprender a vivir.

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    El ms difundido de los textos de Illich fue Esa vieja y gorda vaca sagra-

    da, reproduccin del discurso que pronunci desde los balcones del Palacio

    Quemado, sede del Gobierno Nacional de Bolivia, en ocasin de la asuncin pre-

    sidencial del Gral. Juan Jos Torres, en octubre de 1970. Los maestros, una de lasprincipales fuerzas que llenaban la plaza apoyando al Presidente, fueron manda-

    dos a sus casas por Illich, quien les aconsej que abandonaran la escuela, pues en

    ella su nica posibilidad era ser agentes reproductores del orden existente. En

    otros trabajos Illich sigui desmontando el aparato escolar, as como el sistema

    pblico de salud[4]y promoviendo la sustitucin de los profesionales en educa-

    cin, por activistas culturales que se desplegaran en un campo pedaggico in-

    formal. El autor vea la opresin social constituyendo la cultura, desde una visin

    global emparentada con las ideas del historiador ingles Arnold Toynbee, acerca

    de quien haba escrito su tesis doctoral[5].

    Desde los aos 70, en varios trabajos,[6]algunos autores hemos sostenido una

    posicin crtica al reproductivismo y a la desescolarizacin. Disentimos con la

    visin dicotmica de la realidad, con el concepto de ideologa equiparado a falsa

    conciencia, con la reduccin del papel de la escuela a una mecnica reprodu c-

    cin de un programa ideolgico dado. Esas posiciones, segn nuestra opinin,

    negaban la complejidad del proceso de transmisin de los saberes y el papel del

    sujeto pedaggico en la enseanza y el aprendizaje. Nuestra disensin abarcaba

    tanto un registro terico como otro de orden histrico- poltico vinculado con

    las singularidades del sujeto latinoamericano. Ambos registros estaban vincula-

    dos, porque el latinoamericano no es especial por el hecho de ser complejo, sino

    por la especificidad de los contenidos y de las formas de articulacin de esa com-

    plejidad. Un anlisis comparativo de las posturas de Illich y Paulo Freire puede

    ayudar a esclarecer esa cuestin.

    3. La polmica Illich-Freire

    Illich y Freire compartan los fundamentos humanistas cristianos de su sufri-

    miento por la sociedad enajenada. Fue Paulo Freire quien aport la crtica que

    ms rdito ha dejado, en vistas a producir alternativas al modelo de vnculo pe-

    daggico instalado por la modernidad latinoamericana. Su denuncia constituy

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn4#_ftn4http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn4#_ftn4http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn5#_ftn5http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn5#_ftn5http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn5#_ftn5http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn6#_ftn6http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn6#_ftn6http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn6#_ftn6http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn6#_ftn6http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn5#_ftn5http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn4#_ftn4
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    una ruptura epistemolgica con la representacin del sujeto pedaggico que con-

    tiene el sistema educativo moderno. Efectivamente, este ltimo se apoya en la

    unicidad de saber y educador e identifica al educando con la famosa tabula

    rasa. Freire define el quehacer de uno y otro como funciones impersonales, locual habilita el intercambio cultural entre el campesino brasilero y el maestro. Al

    otorgarle valor a los saberes adquiridos por el educando en su medio cultural,

    ubica a la relacin educativa fuera del laberinto terico que presenta el repro-

    ductivismo, cuando reduce la educacin a la imposicin de la cultura dominante.

    Freire redobla su valorizacin positiva de la educacin y la vincula con la pros-

    pectiva: enseando y aprendiendo pueden adquirirse saberes que permiten ima-

    ginar y construir futuros.

    Debe anotarse que Freire nunca atac a la escuela, sino que dirigi su

    crtica a la relacin pedaggica entre educadores y educandos de una manera

    ms general, es decir con categoras aplicables no solamente a los docentes y a

    los alumnos escolares sino a todos los sujetos sociales vinculados mediante la

    educacin. Freire insisti en la necesidad de ensear y en la valorizacin del do-

    cente, en propuestas que se dirigieron a la educacin de los analfabetos y de los

    adultos.[7]

    En cuanto al movimiento de la pedagoga de la liberacin, si bien actu en

    nombre de Freire, sum a la del autor brasileo la influencia del reproductivismo

    y de Illich. Este ltimo produjo numerosos discpulos que derivaron en un amplio

    espectro de posiciones. En uno de sus extremos se ubicaron grupos polticos de

    una izquierda de limitadas miras, que redujo la idea de la palabra generadora a

    una serie doctrinaria; en el otro extremo, el aporte de Freire quedaba limitado aun mtodo de enseanza, aplicado en programas asistencialistas o absorbido por

    el formalismo escolar. Pero la vertiente de sus ideas abre un panorama crtico y

    propositivo, que an no ha sido superado.

    4. Crticas con escasas alternativas

    Todas las posiciones crticas coincidieron en poner en evidencia los fraca-

    sos del sistema educativo moderno. Lejos de visualizar la crisis que lo afectara

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn7#_ftn7http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn7#_ftn7http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn7#_ftn7http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn7#_ftn7
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    menos de dos dcadas despus, supusieron que la tendencia prometa el ensan-

    chamiento del poder escolar, el aumento de su eficacia reproductora o bien, en el

    caso de Freire, la persistencia de un modelo de dominacin que abarcaba el con-

    junto de los procesos educativos, sin centrar su crtica en la escuela. En casi todaslas variantes del reproductivismo y del antiescolarismo se deca explcitamente

    que la escuela no tena remedio. Freire fue ms prudente.

    Respecto a los espacios universitarios, entre los europeos haba surgido el

    reproductivismo y la corriente que confrontaba con las instituciones, llamada

    pedagoga institucional. Esos espacios estallaron en 1968, al ritmo del clima de

    la poca. La crtica a la educacin dominante influy y fue abonada por los mo-

    vimientos de protesta de fines de los 60 y principios de los 70, que resultaron

    duramente reprimidos. Pero en algunos pases, como Francia o Mxico con pos-

    terioridad a la masacre de Tlatelolco, el Estado finalmente absorbi algunas de-

    mandas, modificando las estructuras de la enseanza media superior y superior,

    multiplicando las opciones y vinculando la educacin con la produccin y el tra-

    bajo.

    Aquellas reformas se implementaron bajo la tensin entre dos posiciones.

    Los sectores de izquierda sostenan que la descentralizacin de los campus, la

    vinculacin con el medio productivo, la conexin entre las instituciones tercia-

    rias y las universidades y la introduccin de ttulos intermedios, entre otras ca-

    ractersticas del nuevo modelo universitario, necesariamente favoreceran los

    intereses empresariales, a costa de los objetivos pedaggicos. Rechazaban una

    educacin productivista, pero no presentaban modelos alternativos viables, de

    modo que en los hechos terminaban sosteniendo la antigua universidad napo-lenica. Por otro lado, el sector empresarial privado intentaba sacar provecho de

    las reformas, usando la capacidad pblica instalada para educar e investigar en

    direccin a sus intereses particulares.

    La demanda de vinculacin de la universidad con la sociedad era inter-

    pretada de maneras distintas, pero result innegable que, entre los principales

    dficit del sistema educativo, estaba su carcter centralizado y burocrtico. Para

    unos, la situacin se superara vinculando el trabajo universitario con las luchas

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    sociales; para otros, subordinndolo a las fuerzas del mercado. En la discusin no

    apareci con energa la cuestin del trabajo como un concepto pedaggico bsi-

    co. No hubo huellas significativas de la persistencia con la cual los movimientos

    democrticos y crticos anteriores a los aos 60, (en particular la escuela activa,el pragmatismo de John Dewey y las propuestas de Ferrer y Guardia, Freinet,

    Kerschensteiner, Makarenko y muchos otros escolanovistas, social demcratas y

    comunistas), trataron de introducir el trabajo y la vinculacin prctica con la

    realidad circundante, como un elemento estructural del proceso educativo. El

    arco de programas econmicos, que abarc desde el modelo keynesiano al socia-

    lista, incluy la preocupacin por el aprendizaje de saberes del trabajo, por parte

    de grandes masas. Por eso llama la atencin que ese problema no haya ocupado

    un lugar central en las consideraciones de los llamados conocimientos bsicos

    entre quienes queran reformar o revolucionar las sociedades iberoamericanas y

    caribeas.

    En resumen, las comunidades educativas progresistas de la poca, com-

    partan al menos dos temas de discusin: el carcter reproductor o progresista

    de la institucin educativa y los efectos positivos o negativos de la vinculacin

    del sistema escolar moderno con el mundo productivo. Ambas discusiones su-

    ponan la existencia de la educacin pblica, e imaginaban a la enseanza priva-

    da tan solo como un complemento. Se debata sobre la base de alternativas que

    mejoraran las relaciones entre la educacin formal y la sociedad, pero dando por

    supuesto que la poblacin llegara pronto a estar mayoritariamente escolarizada,

    para bien o para mal, segn las interpretaciones.

    Cuando los reproductivistas, se ubicaban en un espectro reactivo a la

    escolarizacin, ninguno de ellos siquiera imaginaba los quiebres que afectaran a

    la educacin pblica a fines del Siglo XX. Su crtica era radical y su lgica dicot-

    mica, pero escasa su visualizacin del porvenir. Asociaban su identidad casi ex-

    clusivamente a una contra-cultura. Desmontaban las operaciones escolares que

    producen las arbitrariedades culturales[8],pero no generaron alternativas te-

    ricas, aunque la tradicin socialdemcrata europea, el reformismo y el pragma-

    tismo norteamericanos, haban dejado una herencia vacante. Las crticas, muybien argumentadas, no tuvieron efectos decisivos en las polticas de Estado o en

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn8#_ftn8http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn8#_ftn8http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn8#_ftn8http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn8#_ftn8
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    los diseos acadmicos. De aquellos ataques frontales no deriv una nueva con-

    cepcin del sistema educativo, sino vanguardias anti-sistema que estuvieron le-

    jos de impactar en las estructuras permanentes de la educacin formal, de mane-

    ra acorde a la magnitud de las denuncias.

    Al reproductivismo y al antiescolarismo les preocupaba tanto que la edu-

    cacin legara la ideologa dominante, que produjeron un vaciamiento de categor-

    as pedaggicas que afect el lenguaje de los pedagogos, socilogos y otros espe-

    cialistas. El enunciado reproduccin de la ideologa dominante oper como un

    significante puramente reactivo, y no tuvo la potencia de los significantes vac-

    os[9].Estos ltimos, agujeros negros del discurso, contienen material provenien-

    te de su propia historia pero desorganizado. Poseen la capacidad de absorber

    nuevas demandas y de configurarse novedosamente. Pueden constituir el nido

    de lo nuevo.

    Uno de los motivos de esta ltima limitacin del reproductivismo fue su

    rechazo absoluto del sistema escolar moderno, lo cual dej a sus adherentes sin

    la plataforma que la historia les podra haber proporcionado para despegar nue-

    vas propuestas. Nada nace del vaco discursivo que produce el rechazo ilimitado

    a todo lo instituido. Sobre ese problema hay un sugestivo malentendido en la

    discusin entre Illich y Freire[10].

    5. Tradicin y transformacin

    Si lo comprend bien- apunta Illich- Paulo dijo brillantemente en una fra-

    se lo que yo no entenda hace cinco aos: "Si a educaao practica transform e

    porque manten o que transforma": si la educacin transforma, tiene el poder de

    transformar solo porque mantiene aquello que transforma (...).[11]

    Freire pronuncia la frase en un contexto autocrtico, en el cual se esfuerza

    por desdecir a quienes pretenden que su teora adjudica un papel omnipotente a

    la educacin. Reflexiona que esta ltima es producto de la sociedad, y por esa

    razn se adecua a sus valores y es usada para preservar los poderes estableci-

    dos.[12]

    As es que se requiere una transformacin social profunda para que setransforme radicalmente la educacin. Pero una vez asentada esta advertencia,

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn9#_ftn9http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn9#_ftn9http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn9#_ftn9http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn10#_ftn10http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn10#_ftn10http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn11#_ftn11http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn11#_ftn11http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn11#_ftn11http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn12#_ftn12http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn12#_ftn12http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn12#_ftn12http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn12#_ftn12http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn11#_ftn11http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn10#_ftn10http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn9#_ftn9
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    Freire habilita al educador a transgredir las reglas de la educacin dominante,

    para ser partcipe del cambio social, descubriendo, en cada situacin histrica en

    particular, las tareas que puede realizar. En la historia hacemos lo histricamen-

    te posible y no lo que desearamos hacer, dice. La transgresin, sin embargo, nose har poniendo el acento en el anlisis de los mtodos y las tcnicas mismas,

    sino en el carcter poltico de la educacin, de la cual surge naturalmente la im-

    posibilidad de que sea neutral[13].

    Illich interpreta la mencionada frase de otra manera. Se refiere a la crtica

    de Freire al aspecto conservador de la educacin, pero no se detiene en la poten-

    cialidad poltico pedaggica que el brasilero sigue sosteniendo. Lo que Illich dice

    que Freire, cinco aos atrs, habra afirmado, es que la educacin mantiene lo

    que transforma, es decir que es siempre reproductora, lo cual es una interpreta-

    cin errnea del discurso del brasilero. En la misma disertacin Illich recuerda

    su distanciamiento de Everett Reimer, en gran medida inspirador de su libro

    Desescolarizacin, porque Reimer rechaz la afirmacin de Illich sobre la `in-

    evitable naturaleza de "mercanca" del "rendimiento de la educacin", surgida

    ms del impacto de un sistema sobre las personas, que de la interaccin de las

    personas que se reconocen mutuamente como independientes`[14]

    Illich se desliza hacia un individualismo libertario que encuentra seme-

    janzas con los planteos de filsofos que estaban, aparentemente, en las antpodas

    ideolgicas, tales como Ludwig Von Misses y Fredrich Hayek. Segn Illich, la opi-

    nin del empleador debera tener ms peso que las credenciales escolares para

    evaluar la capacidad del trabajador y ninguna accin colectiva o masificadora

    debera interponerse a la autoeducacin del individuo[15].

    Por su parte Paulo Freire, lejos de descreer en los sujetos colectivos, deposita

    su confianza en el pueblo, aunque tratando de relativizar la mstica que envuel-

    ve ese nombre en los medios revolucionarios. El pueblo puede ser sujeto de su

    desenajenacin a condicin de trabajar, junto a su maestro, para articular su len-

    guaje con el de la alfabetizacin de la sociedad industrial. La finalidad es apro-

    piarse de la cultura dominante para liberarse de ella, pero el resultado que Freire

    espera no es la emergencia pura de lo popular, sino una vinculacin dialgica

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn13#_ftn13http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn13#_ftn13http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn13#_ftn13http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn14#_ftn14http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn14#_ftn14http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn14#_ftn14http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn15#_ftn15http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn15#_ftn15http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn15#_ftn15http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn14#_ftn14http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn13#_ftn13
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    entre culturas. El particular sincretismo y las prcticas de negociacin culturales

    de la sociedad brasilea, inspiraron a Freire a creer en el dilogo, como un acto

    de profunda comunin, que trasciende el cristianismo para alcanzar el ancho de

    la humanidad.

    Illich considera que lo que se denomina educacin no es concebible fuera

    de la tradicin cristiana, con la cual mantiene un intenso conflicto. Heredera de la

    liturgia eclesistica, como la mayora de las instituciones modernas, Illich la con-

    sidera la ms baja de nuestras instituciones.[16]

    Pese a la oportunidad que le presentaba el Concilio Vaticano II para cana-

    lizar su crtica hacia la innovacin teolgica o hacia el trabajo con las comunida-

    des de base, Illich opto por rechazar la liturgia del conjunto de las instituciones.

    En su descalificacin de la cultura eclesistica, que vea reproducida en aquellas,

    Illich incluye a la cultura en todo su alcance. El mismo trmino educacin, es

    considerado por Illich una novedad posterior a la Reforma. Segn su explicacin,

    las luchas religiosas del final del medioevo provocaron que las Iglesias interpu-

    sieran la enseanza de sus doctrinas a la enorme difusin de los libros que haba

    facilitado Gutemberg inventando la imprenta. Lutero difundi la Biblia, pero pro-

    gram su masivo aprendizaje mediante un catecismo estructurado con pregun-

    tas y respuestas. La Iglesia Catlica lanz su propio catecismo como instrumento

    de la Contrareforma. Los jesuitas se apropiaron de la idea y crearon el Ratio Stu-

    diorum, que fue el curriculum que form a las elites de la Ilustracin. Finalmente

    el Estado moderno sigui esos modelos en su desigual distribucin de cultura a

    la poblacin. La educacin se sostiene en el precepto teolgico que propicia la

    redencin de la naturaleza humana cada. La escolarizacin se clasifica en lamisma serie que la evangelizacin y es heredera de los rituales de esta ltima. El

    pobre es ilustrado sobre su inferioridad predestinada por todas aquellas entida-

    des religiosas y estatales. La Reforma trat de extender el misterio de la revela-

    cin divina sobre el reino por venir. Ahora los educadores prometen el descenso

    a la Tierra del Reino del Consumo Universal mediante sus instituciones.[17]

    Illich ataca el concepto de progreso y en particular su admisin por parte

    de la Iglesia Catlica. Ofrece una ltima posibilidad, que consiste en leer las Es-

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn16#_ftn16http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn16#_ftn16http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn16#_ftn16http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn17#_ftn17http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn17#_ftn17http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn17#_ftn17http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn17#_ftn17http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn16#_ftn16
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    Finalmente, y sin agotar el rescate de las intuiciones de Illich, recordemos

    que el autor comprendi el valor de los saberes adquiridos por vas informales y

    los efectos negativos del credencialismo sobre las formas de legitimacin de la

    educacin. No obstante aquellas intuiciones, las operaciones que realizan Freiree Illich son antagnicas. Freire rescata a la poltica como el elemento ms din-

    mico de la cultura y articula a ella la educacin, estimulando los movimientos de

    liberacin. Illich descree de la poltica y conforma la opaca figura del animador

    cultural. Esa posicin respecto a la poltica puso a Illich fuera del campo de jue-

    go y le dio a Freire la posibilidad, que an conserva, de incidir en la transforma-

    cin de la educacin latinoamericana.

    Cuando se criticaba el sistema educativo en la poca de su crisis de creci-

    miento, se lo haca descartando imposibilidades para acabar con el analfabetis-

    mo, generalizar la educacin bsica, multiplicar la educacin media y brindar la

    universidad a una amplia generacin joven.

    6. Buscando otras posibilidades tericas

    Un grupo de investigadores latinoamericanos[20], fuimos disidentes con el

    carcter dicotmico de la discusin. Los programas de las dictaduras militares y

    gobiernos civiles que regan en varios pases de Amrica Latina, se ordenaban en

    un espectro de posiciones poltico educacionales, que era difcil meter en la mis-

    ma bolsa bajo la etiqueta de educacin dominante. Analizando experiencias de

    los aos desarrollistas, nos encontramos con el mismo problema. La situacin

    ms representativa del dilema que tenamos delante, era que Paulo Freire haba

    comenzado a construir su teora trabajando en un programa de la Alianza para el

    Progreso. Haba que clasificar a Freire dentro de la educacin dominante?. O,

    viendo el otro lado de la misma escena, el modelo autoritario de la dictadura mi-

    litar brasilea, que no contaba con ningn consenso, era impuesto puramente

    por la fuerza? Era necesario redefinir la categora educacin dominante.

    Se nos presentaban mltiples experiencias autodenominadas de educa-

    cin popular, diferentes entre si en la prctica, aunque identificadas en su verbal

    oposicin a la educacin dominante. Entre los educadores populares, domi-

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn20#_ftn20http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn20#_ftn20http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn20#_ftn20
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    nante era en general sinnimo de opuesto, sealando la inexistencia de vnculos

    entre la educacin popular y la educacin dominante. No era esa nuestra opinin,

    pues nos asombrbamos de encontrar elementos fuertes de autoritarismo en

    aquellas experiencias. No era necesario remitirse al autoritarismo pedaggicosovitico para ilustrar la cuestin, porque florecan las experiencias pedaggicas

    latinoamericanas de corte dogmtico, aunque dijeran usar la palabra generado-

    ra como mtodo y se identificaran como militantes de la pedagoga de la libera-

    cin. El sencillo y eficaz mtodo de alfabetizacin que Freire haba diseado para

    los campesinos de Recife, perda su carcter respetuoso del pueblo, en manos de

    las tendencias ms sectarias de las organizaciones revolucionarias de la poca. El

    caso ms impactante fue el de una importante fuerza poltica centroamericana

    cuya direccin seleccionaba el vocabulario generador, reducindolo a trminos

    como Guerra, Pueblo, Reforma agraria, Revolucin. Otro ejemplo es el de

    grupos evangelizadores, que decan hacer educacin popular, enseando la Bi-

    blia a los indgenas guatemaltecos y chiapanecos. Tambin el Instituto Lingsti-

    co de Verano, institucin que perteneci a la Alianza para el Progreso y tuvo ca-

    pacidad de sobrevivir a ese efmero programa, avanzaba con acciones educacio-

    nales dirigidas a los sectores ms pobres de Amrica Latina. Pero su objetivo,

    que fue reiteradamente denunciado por esos aos, era imponerles el control de

    la natalidad con una idea maltusiana del bienestar latinoamericano.

    Los anteriores son solamente algunos ejemplos que pueden sintetizarse

    en la frase pegarle a alguien por la cabeza con la Biblia o con un libro de Marx

    son expresiones de una misma pedagoga, que esgrimamos en aquellos aos. En

    las discusiones con alumnos provenientes de varios pases latinoamericanos,

    consideramos que los contenidos no alcanzan para clasificar una experiencia

    educativa como liberadora o dominante. Tampoco el mtodo, ni las tecnologas

    usadas, aunque fueran extradas de la cultura popular. Menos an, nos pareca

    adecuada la propuesta de subsumir la identidad de los educadores con los edu-

    candos como exigencia para que una experiencia educacional fuera popular:

    algunos educadores populares, que provenan de la militancia poltica revolucio-

    naria marxista, catlica o protestante tercermundista, influidos por el relativis-

    mo cultural, se sumergan en la identidad de los educandos. Everett De Ritter,

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    que fuera director de la CREFAL[21]fue vocero de esa posicin. De manera seme-

    jante era la proletarizacin, practicada por militantes de izquierda urbanos.

    De Ritter consideraba que el verdadero educador popular deba conver-

    tirse personalmente en un miembro de la comunidad campesina analfabeta,

    adoptando sus costumbres y viviendo en su mbito. La confianza ciega en el pue-

    blo, nacida del anarquismo y el socialismo utpicos decimonnicos, se mezclaba

    con el impulso cristiano por redimirse del pecado original. Debe anotarse tam-

    bin la influencia de la revolucin cultural china en grupos de izquierda, que

    perme en alguna medida el espacio de las alternativas pedaggicas. En la revo-

    lucin cultural china se impuso a los ciudadanos aprender a vivir como los cam-

    pesinos lo haban hecho durante siglos, en una suerte de exorcismo de las cos-

    tumbres burguesas y se ejerci una cerrada imposicin doctrinaria. En el caso

    chino el Estado - Partido se eriga en el gran educador. Los educadores populares

    latinoamericanos que adoptaban la prctica de proletarizacin del educador,

    no haban abandonado la idea evangelizadora, sino adaptado su opuesto, pero

    conservando su sentido: eliminar el elemento poltico de la educacin persis-

    tiendo una teleologa fundada en la conversin del otro. La conversin del edu-

    cador- o del investigador- en el proletario o el campesino, suprime todo vnculo

    poltico y pedaggico, desde que niega a uno de los sujetos- el educando en el

    caso de la evangelizacin y el educador en el caso de la proletarizacin- el dere-

    cho a disputar o negociar la persistencia de elementos de la propia cultura. No

    hay lucha por el poder porque el discurso elimina anticipadamente al contrin-

    cante.

    Es radicalmente distinta la nocin de educacin dialgica de Freire, de

    la identificacin que provoca la anulacin de la diferencias, confundiendo estas

    ltimas con desigualdad. Al hundirse en la identidad del otro, el educador renun-

    cia a la enseanza y le expropia al educando la posibilidad de adquirir los recur-

    sos culturales que posee. Se trata de una posicin autoritaria por parte del edu-

    cador, porque l decide que los saberes valiosos son los de los educandos y les

    niega la posibilidad de decidir apropiarse de la otra cultura. En el fondo, hay un

    dejo de frivolidad en la postura del educador mimtico. Lo ilustrar con unaancdota. El director de una institucin pblica latinoamericana destinada a la

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn21#_ftn21http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn21#_ftn21http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn21#_ftn21
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    educacin indgena lleg a una comunidad ofreciendo colaboracin de antrop-

    logos, lingistas, etc. para resguardar la cultura popular y evitar la penetracin

    de la cultura del consumo. Los indgenas le respondieron que ellos han desarro-

    llado saberes que les han permitido reproducir su cultura desde hace 500 aos.Pero ahora necesitan aprender computacin e ingls, pues no quieren seguir

    siendo folklricos y marginados. Agregaron que la mejor manera de conservar su

    lengua, sus rituales, sus creencias, es siendo ellos mismos protagonistas del pro-

    ceso inevitable de articulacin intercultural.

    Los educadores populares de los aos 70 y 80, lejos de tratar de articular ex-

    periencias con argumentaciones tericas, tenan una marcada aversin a la

    prctica terica, trmino, por cierto, usado por los althusserianos. Una aguda

    inclinacin hacia la prctica inmediata, impeda que se discutiera el problema de

    la educacin popular con perspectivas de multiplicar y profundizar el esfuerzo

    argumentativo de Freire. La obra del brasilero era reinterpretada de mltiples

    maneras, en muchos casos exclusivamente como gua para la accin. En realidad,

    una de las mayores virtudes de la obra freireana fue, precisamente, tener la plas-

    ticidad necesaria para interpelar a mltiples sujetos y dejar germinar muchas

    propuestas.

    7. Reivindiquemos a la vieja y gorda vaca sagrada

    Se ha transformado en una muletilla decir que el sistema educativo no funcio-

    na, que los nios pobres ya no pueden aprender, que los jvenes no saben nada y

    que los docentes carecen de la preparacin que los caracterizaba en otros tiem-

    pos. Se trata de afirmaciones generales que requieren como sustento informa-

    cin cuantitativa y cualitativa seria, as como ser desagregados en cuestiones

    especficas, advirtiendo que existen diferentes situaciones en cada pas. Adems,

    en este mundo globalizado, se debe analizar la situacin educativa en el marco

    de la crisis de los sistemas escolares y las universidades occidentales, y a la vez

    compararla con la que afecta a otros pases. No se trata de argumentar que mal

    de muchos, sino de distinguir aquellos problemas que son efecto del desgaste

    histrico del sistema de los que son propios de cada sociedad, para adquirir la

    posibilidad de ofrecer soluciones adecuadas. La prdida de la capacidad de lectu-

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    ra, o la insuficiente adquisicin de saberes bsicos por parte de los alumnos, es

    una cuestin que se ha hecho evidente en Estados Unidos, en Suecia, en Francia,

    en Mxico y en la Argentina. La rpida interferencia de la imagen, proyectada

    sobre la letra escrita, es un cambio de tanta magnitud como lo fue el lento pasajede la cultura oral a la cultura letrada. La cultura de la imagen desplaza tanto a

    una como a la otra, lo cual puede observarse en la intromisin de la televisin en

    la mesa familiar, cuando sta an existe. Padres y abuelos ya transmiten insufi-

    cientemente sus saberes, gustos y valores mientras la televisin e Internet educa

    a ellos y a sus hijos. Sin embargo deberan evitarse los diagnsticos catastrficos

    que suponen la muerte de las formas tradicionales de comunicacin y analizar su

    presencia en el interior de los nuevos lenguajes.

    Pero uno de los rasgos dominantes de la tradicin normalista ha sido

    que los maestros y profesores reciban una formacin homognea, mediante cu-

    rricula producidos para todo el pas, en caso como Uruguay, Argentina, Chile y

    Mxico, o bien planes de estudio semejantes por sus bases ideolgicas y concep-

    tuales, en pases ms descentralizados como Brasil. El parecido de los curricula

    entre los pases latinoamericanos era notable. Los normalistas estaban cortados

    por la misma tijera y esa uniformidad ayud a la integracin de las sociedades

    latinoamericanas del siglo XX, cuyas escuelas eran muy parecidas.

    El normalismo es inherente al diseo decimonnico de los sistemas escolares

    nacionales y pblicos, pero no tuvo la suficiente flexibilidad para adaptarse a los

    cambios que se produjeron a finales de aquel siglo. Desde la dcada de 1960 has-

    ta mediados de los 80, la vinculacin con las nuevas tecnologas consolid una

    matriz de exterioridad. Una de las reacciones fue que los docentes normalistasrechazaron su introduccin en sus aulas y los educadores populares resistieron

    el avance de la tecnologa destinando largos debates y seminarios a denunciar la

    presencia del imperialismo en su textualidad. La segunda opcin fue incorporar

    rpidamente una panacea tecnocrtica, consumiendo el "enlatado", subordinan-

    do a esa racionalidad tcnica toda clase de reflexin crtica y abandonando el

    saber pedaggico previo.

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    Por todo ello, se instal una vinculacin conflictiva entre la escuela y las nue-

    vas tecnologas, ya fuera por resistencia y por cargarlas de valores negativos, o

    bien por una adopcin slo instrumental entendindolas como una frmula

    rpidamente generalizable. Empero, echamos al ro el agua con el nio yhemos llegado al borde de perder una trascendental batalla por no haber com-

    prendido los cambios que se acercaban, haber confundido el mensajero con el

    mensaje, y el progreso con quienes se apoderaban de sus productos.

    La reaccin del normalismo escolar fue defensiva de la enseanza tradicional;

    hasta ahora son insuficientes los docentes latinoamericanos que manejan Inter-

    net o saben introducir un buen programa de televisin en las actividades curricu-

    lares. La escolarizacin de la poblacin de nuestros pases creci, pero el poder

    de las escuelas qued relativizado, perdiendo calidad y aumentando la insufi-

    ciencia de sus enseanzas frente a un mundo en el cual se producan cambios

    muy profundos. La inequidad ha crecido peligrosamente. El caso donde se pue-

    den observar con mayor claridad los efectos de ese fenmeno es la Argentina

    pues, habiendo conservado el segundo lugar en la regin (despus de Uruguay)

    en todos los indicadores educativos durante muchas dcadas, hoy es un pas con

    alto deterioro educativo. La inequidad se nota comparando las regiones, los sec-

    tores urbano y rural, los grupos sociales, las etnias y, aunque con claros signos de

    mejora, todava los gneros.

    En la Argentina el gobierno de Carlos Sal Menem trat de cumplir con las di-

    rectivas del Banco Mundial en materia de poltica educativa, como lo hicieron

    casi todos los pases latinoamericanos y caribeos. Entre las medidas que se les

    recomendaron deben destacarse:

    reducir al mnimo indispensable la oferta de educacin del Estado a los

    ciudadanos, lo cual significa terminar con el sistema de educacin pblica

    liberal democrtico, (cuyo fundamento ltimo es la obligacin del Estado

    de proporcionar, por lo menos, la educacin bsica que los ciudadanos

    estn obligados legalmente a recibir).

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    proporcionar educacin de acuerdo a las libres demandas de la poblacin,

    convenientemente evaluadas por los Ministerios de Economa y los con-

    troladores del pago de la deuda externa (lo cual es clausurar el servicio

    pblico educativo);

    reducir la inversin pblica en educacin y lograr la mxima eficiencia de

    los programas estatales residuales;

    volcar los programas residuales hacia aquellos sectores de la poblacin en

    los cuales la inversin resulte ms redituable en el corto plazo en relacin

    al control social;

    proporcionar solo paquetes de informacin elemental a los sectores que

    van quedando rezagados dentro del espacio pblico;

    disminuir al mnimo la masa de docentes y establecer la libertad de mer-

    cado para su contratacin, eliminando los convenios colectivos de trabajo.

    descentralizar los sistemas escolares derivando la responsabilidad educa-

    tiva a instancias locales y comunitarias, y excluyendo a los organismos de

    mayor nivel gubernamental.

    Esas directivas formaron parte de un paradigma que se aplic de manera des-

    pareja en los distintos pases. Ni siquiera el torrente neoliberal logr liquidar los

    rasgos pedaggicos histricamente precedentes y, aunque desde el punto de vis-

    ta histrico es an muy pronto para evaluar la profundidad de su penetracin,

    me atrevo a plantear que no ha sido tan exitosa como aparent serlo en los aos

    90. Con mayor certidumbre puede informarse que el efecto ms extendido de las

    reformas neoliberales fue el deterioro de la educacin. Es slo una hiptesis que

    el tiempo evaluar.

    Pero no puede negarse que durante la dcada de 1990 el neoliberalismo atra-

    ves las puertas de los ministerios, direcciones y distritos, la mente de los fun-

    cionarios y los docentes, y la opinin pblica, impulsando el retiro de los Estados

    de la funcin educativa y poniendo en grave peligro la transmisin de la culturade grandes sectores sociales. Es la consecuencia de una concepcin que no con-

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    sidera a la educacin como un bien social, sino como un elemento del mercado

    cuya provisin debe regularse por la ley de la oferta y la demanda. La educacin

    pblica consigui pocos apoyos provenientes de recursos estatales genuinos pa-

    ra financiar la reconversin del viejo sistema. En cambio, floreci una iniciativaprivada dirigida a hacer negocios fuera y dentro de la educacin pblica. Debe

    subrayarse que la poltica de los organismos internacionales, hegemonizada por

    el neoliberalismo, trata de restringir la inversin de los Estados no solo en edu-

    cacin superior sino incluso en la educacin bsica. Corre peligro la escolariza-

    cin de millones de latinoamericanos.

    Mientras los pases de la Unin Europea y los norteamericanos producen re-

    formas acadmicas, administrativas y tecnolgicas profundas en sus sistemas

    educativos, en la mayora de los pases latinoamericanos y caribeos siguen pri-

    mando las tradicionales formas de gestin y tecnologas escolares. Si bien existen

    en la regin antecedentes de programas educativos por los medios de difusin

    masiva, desde la dcada de 1930, cuando la Iglesia Catlica conduca la colom-

    biana Radio Sutatensa, el salto cualitativo en la difusin de la tecnologa que se

    produjo desde las dcadas de 1980 y 1990 se inscribe en el marco de la globali-

    zacin neoliberal. Con dificultades, algunos pases, como Mxico y Chile, adqui-

    rieron experiencia en la combinacin de viejas y nuevas tecnologas en el espacio

    escolar. Otros, como Uruguay y Argentina, quedaron muy atrasados. Los dos pa-

    ses ms influidos por la cultura europea de la regin, cuya educacin se haba

    mantenido durante ms de un siglo a la cabeza de todos los indicadores de xito,

    se han latino-americanizado por el peor de los caminos. Las Dictaduras de los

    aos 1970-1980 prepararon el terreno para la aplicacin de polticas de desgua-

    ce del Estado y des-industrializacin en los 90. En el caso de Argentina, ms de la

    mitad de la poblacin es pobre y un 20% vive en la miseria. Aunque el analfabe-

    tismo sigue siendo menor del 3%, slo uno de cada cuatro chicos que ingresa a la

    escuela primaria termina la secundaria, el narcotrfico ya no afecta solamente

    por su trnsito por el pas sino por el consumo propio y el sector ms afectado

    por la desocupacin es la juventud. La desocupacin y la subocupacin, despus

    de dos aos de polticas gubernamentales que incluyen elementos neokeynesia-

    nos, han disminuido pero an sostienen por encima del 25% de la PEA.[22]

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn22#_ftn22http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn22#_ftn22http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn22#_ftn22http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn22#_ftn22
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    En tanto, los medios de comunicacin masiva, lejos de colaborar en la

    modernizacin de los dispositivos de la instruccin pblica, desgastan el lengua-

    je y empobrecen la cultura. El antagonismo ha cambiado: ahora la vieja vaca sa-

    grada es una bendicin para millones de chicos que en muchos pases del mundono tienen otro refugio socio-cultural. El sistema escolar sigue siendo necesario,

    como lo es el libro frente a la televisin o como lo fue la transmisin oral frente al

    producto de la imprenta.

    El golpe a la educacin pblica fue tambin posible por la operacin dis-

    cursiva neopositivista, que ejecutaron las polticas neoliberales. El pedagogo Os-

    car Jara Holliday, en un trabajo acerca del problema de las alternativas pedaggi-

    cas seala que dicho neopositivismo tuvo impacto en la medida que re-

    semantiz categoras vinculadas a reivindicaciones democrticas de los aos 60-

    70 como calidad, educacin popular, desburocratizacin, libertad de ense-

    anza y otras, habindolas relacionado con eficiencia - eficacia, costo - bene-

    ficio, desestatizacin, libre mercado, etc. Pero que en la dcada de los 90 ha

    entrado en un perodo de estancamiento y decadencia, lo que queda demostrado

    por el nfasis de su discurso pedaggico en producir formas de control de los

    sujetos y cierres a la libertad, bajo la puesta en boga de la prioridad de la ev a-

    luacin de las prcticas educativas.[23]

    En sntesis, el escenario de la discusin ha cambiado, los sujetos son distintos,

    aunque muchos de ellos conserven los mismos nombres, los discursos han tras-

    tocado sus trminos. Como parte de esa situacin, la vieja y gorda vaca reproduc-

    tora de ideologas resulta actualmente uno de los pocos baluartes que les restan

    a los expoliados pueblos latinoamericanos. La escuela pblica es, de acuerdo a sudefinicin liberal, proveedora obligada de la misma cultura para todos. Aunque

    las desigualdades y diferencias culturales sociales previas y exteriores a ella obs-

    taculizaran esa finalidad, la escuela tiene la potencialidad de un dispositivo apto

    para limarlas y ofrecer posibilidades semejantes de ascenso social. Aunque moti-

    vos diversos impidieron en la historia latinoamericana que se cumpliera cabal-

    mente esa funcin, el sistema escolar ha sido la institucin que posey y puso en

    juego ms mecanismos de estimulacin de un reparto cultural que respondiera alos derechos igualitarios de los ciudadanos y sus hijos.

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn23#_ftn23http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn23#_ftn23http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn23#_ftn23http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn23#_ftn23
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    Los sistemas educativos latinoamericanos estn sufriendo las consecuencias

    de la globalizacin, que es producto del avance civilizatorio, del afn del hombre

    por comunicarse, conocer el mundo y el universo y compartir los saberes que

    permiten mejorar la calidad de vida. Pero que ha tomado un camino plagado deinjusticias, en tanto, paralelamente, ha cobrado fuerza un localismo regresivo y

    fundamentalista que, utilizando la ms moderna tecnologa, amenaza trgica-

    mente la continuidad de la vida humana. En ambos aspectos deben anotarse lmi-

    tes de la educacin moderna, que estaba destinada a construir un nuevo huma-

    nismo universal, basado en los derechos superiores del hombre y la mujer, que

    constituyera el basamento de las sociedades.

    El carcter neoliberal de la globalizacin ha minado las bases de sistemas esco-

    lares que hace treinta aos eran objeto de la confianza de los sectores progresis-

    tas liberales, cuyos tcnicos pronosticaban la eliminacin del analfabetismo y el

    alcance de altos ndices de escolaridad para la poblacin latinoamericana de fi-

    nes del siglo. Ha contribuido tambin al debilitamiento y dispersin del movi-

    miento de educacin popular no formal. Pero la naturaleza del neoliberalismo

    pedaggico en Amrica Latina no puede definirse sin tener en cuenta las caren-

    cias de sus contrincantes. Es decir, sin subrayar la falta de alternativas capaces

    de transformar los sistemas educativos, resguardando su carcter democrtico.

    El panorama actual de la educacin latinoamericana es por lo menos alarmante,

    porque no ha sido suplantado un modelo educativo por otro, mejor o peor, sino

    por polticas educativas degradadas. Grandes masas empobrecidas (cuyos pa-

    dres y madres haban avanzado en su nivel de participacin en la cultura) tienen

    actualmente ms dificultades para acceder a su derecho a la educacin que, pa-radjicamente, muchos pases de la regin contienen en sus Constituciones o sus

    leyes fundamentales. Las reformas neoliberales dejan un tendal de pobres y anal-

    fabetos que amenaza con desequilibrar el mercantilizado escenario poltico y

    social. Los pobres que han visto reducido el poder de sindicatos que otrora los

    protegan, y ahora se vinculan inorgnicamente, que tienen cada vez menos acce-

    so a escuelas y hospitales pblicos, que han quedado fuera de los sistemas previ-

    sionales y cuya participacin en el ingreso empeora da a da, constituyen tam-

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    bin un problema para la estabilidad de la regin, que lleva al neoliberalismo

    tambin hasta un lmite.

    8. La reduccin neoliberal del sujeto

    Las migraciones dentro de los pases y entre los pases se han multiplicado, as

    como del campo a la ciudad. Slo que la gente, a diferencia de los perodos de

    expansin industrial, emigra a los grandes centros urbanos de la regin buscan-

    do acceso a los servicios y a algn trabajo eventual, con escassimas posibilidades

    de conseguir puestos estables en el sector industrial. En torno a Buenos Aires,

    Rosario y Santiago de Chile, han crecido las poblaciones de lenguas aborgenes y

    la poblacin de habla portuguesa. En esas ciudades el sujeto pedaggico se ha

    vuelto ms complejo y tiene mayores dificultades para ingresar, permanecer y

    graduarse en las escuelas pblicas tradicionales. El multiculturalismo se ha ex-

    tendido en Amrica Latina y en los Estados Unidos, pero sin suficiente eco en

    programas educativos y culturales de las instituciones en vistas a lograr una arti-

    culacin socialmente justa.

    El multiculturalismo ha despertado el inters de los intelectuales, pero no

    siempre atendiendo a las relaciones de poder que se establecen entre la cultura

    dominante y las culturas emergentes o subordinadas. Entre los estudios multi-

    culturales y postcoloniales se inscriben en las polticas neoliberales aquellos que,

    influidos por su parentesco con la antropologa nacida en la colonizacin inglesa,avanzan en trminos de una tica social que niega la injusticia y reduce los dere-

    chos de los sectores oprimidos a la expresin de su propia cultura. Una posicin

    extrema del multiculturalismo postula el derecho de los grupos indgenas a no

    ser educados en la cultura occidental, respetndose su forma de vida que incluye

    un decidido aislamiento del resto de la sociedad.

    De acuerdo con Slavoj Zizek, los estudios culturales reemplazan el anlisis

    social concreto para desplegar explicaciones reducidas a cuestiones intersubjeti-

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    vas[24].A mi manera de ver, aquellos estudios desplazan el anlisis e inhiben la

    accin poltica. La exacerbacin de las diferencias culturales, justificada por este

    tipo de enfoques, es funcional a la predominancia de los intereses de un modelo

    productivo que, como el neoliberal, tiene la capacidad tecnolgica y la preferen-cia comercial de definir los perfiles de los ciudadanos, transformados en clien-

    tes y adaptar sus productos diferenciadamente de acuerdo a la capacidad adqui-

    sitiva de cada sector social y cultural.

    Como es obvio, status social y cultura no son trminos separados, sino que su

    imbricacin es profunda. Por lo tanto, la argumentacin que sostiene que debe

    respetarse el aislamiento cultural, hace el juego a la instalacin de formas feuda-

    les que est produciendo el neoliberalismo. Los estudios postcoloniales son

    herederos del colonizador ingls, que no intervena en la cultura de la India,

    habitaba espacios propios, con la frialdad y amenidad caracterstica de quien

    slo est interesado en la explotacin de la fuerza de trabajo de los colonizados,

    para extraer y explotar sus riquezas naturales. Esas actitudes difirieron profun-

    damente de la necesidad de comprensin entre las diferentes culturas, que obli-

    ga a intercambios respetuosos y pactos polticos, y a reconocer la inminencia de

    fronteras de hibridacin que posibiliten el acceso mutuo y, por lo tanto, el des-

    plazamiento de enunciados de una a otra. As es la historia humana: no es posible

    detener el viento que amalgama los pueblos, salvo eliminando a los ms dbiles.

    Los proyectos educativos neoliberales promueven la diversificacin del sis-

    tema educativo, para ofrecer paquetes de conocimientos de distinto peso mate-

    rial y simblico, justificando esa estrategia en la diversidad cultural. La justa de-

    fensa de la cultura propia por parte de los pueblos latinoamericanos y caribeosfrente al avasallamiento de que fueron objeto durante quinientos aos, es usada

    como argumento para limitar su acceso al tipo de saberes que son socialmente

    productivos en la sociedad digitalizada y globalizada. En la reparticin desigual

    de la preparacin para el trabajo, les tocan no saberespara los indigentes, una

    educacin elemental y, con suerte, saberes de oficios para los pobres, saberes

    tecnolgico profesionales para la clase media, y saberes que conforman la llave

    de los grandes poderes, para los ricos.

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn24#_ftn24http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn24#_ftn24http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn24#_ftn24http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn24#_ftn24
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    La tesis del reproductivismo que establece una directa correlacin en-

    tre clase y sector social de origen, y nivel educativo alcanzado, parece haber sido

    tomada como programa por quienes pretenden reducir la instruccin pblica a

    acciones focalizadas y controles de seguridad. Entre otras estrategias, han co-brado fuerza la educacin selectiva de los desarrapados, como los llamaba

    Simn Rodrguez, fundamentada en la llamada teora de la resiliencia. El sus-

    tento terico de este sndrome puede hallarse en trabajos que lamentan la exclu-

    sin social que produce la globalizacin tecnolgica, pero que consideran que ya

    no hay posibilidades de volver a incluir a las poblaciones afectadas[25].Segn la

    teora de la resiliencia, la desnutricin fsica y cultural de los primeros aos es

    insuperable, pero entre los pobres existen personas excepcionales, que han con-

    seguido superarse pese a las condiciones que las rodean. Se tratara de una mi-

    nora interesante de estudiar para comprender sus mecanismos de defensa fren-

    te a la adversidad y tomarlos como modelo.

    Es aconsejable releer a Thomas R. Malthus[26]para seguir con cuidado las

    expresiones de sus resucitadores. Su teora ha sido resucitada en varias ocasio-

    nes, para argumentar la necesidad de imponer restricciones educacionales a los

    sectores menos favorecidos y restringir la oferta de educacin a grandes masas.

    Teoras como la resiliencia vinculan el neomalthusianismo con el neodarwi-

    nismo, y sirven para disear una pedagoga de la seleccin natural, que, expuesta

    como argumento cientfico, es un arma poltica para imponer ideolgicamente

    una sociedad de estratos.

    Argumentos como los presentados hace unos aos por Hernstein y Mu-

    rray tienen parentesco con las tesis de Samuel Huntington [27]sobre la guerraentre culturas y la inferioridad de los latinos. Estas nuevas versiones del neo-

    darwinismo social otorgan a la habilidad cognitiva, que suponen hereditaria, un

    rol decisivo en la estructura social que se est conformando en el nuevo siglo.

    Justifican la desigualdad futura a partir de los resultados de la investigacin

    gentica sobre capacidades heredadas. Como el conocimiento es actualmente

    una variable fundamental de la economa y de la organizacin social, la capaci-

    dad innata de poseerlo se tornara una condicin en la determinacin de la es-

    http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn25#_ftn25http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn25#_ftn25http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn25#_ftn25http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn26#_ftn26http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn26#_ftn26http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn26#_ftn26http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn27#_ftn27http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn27#_ftn27http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn26#_ftn26http://ar.f306.mail.yahoo.com/ym/ShowLetter?MsgId=466_31795291_1787665_1605_306751_0_48466_1130013_2042457705&Idx=4&YY=73869&y5beta=yes&y5beta=yes&inc=50&order=down&sort=date&pos=0&view=a&head=b&box=Inbox#_ftn25#_ftn25
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    tructura social. La informacin gentica permitir, segn los mencionados auto-

    res, predecir trayectorias de vida con mucha ms precisin que en el pasado.

    La investigacin bsica y la enseanza escolar, que son mbitos que requie-

    ren abordajes distintos, corren el riesgo de producir la sustitucin de las solucio-

    nes pedaggicas, sociales y culturales por un hiperconductismo que usa podero-

    sas drogas. En este caso se destinan al control de la conducta de los nios que

    acceden a la escolaridad pero no se adaptan al ritmo escolar[28].El metilfenidato

    o ritalina y la atomotexina han sido introducidas exitosamente en el mercado

    latinoamericano, agregndolo a la clientela cautiva de seis millones de nios nor-

    teamericanos. Los medios de prensa[29], motivados por intereses particulares,

    suponen la existencia de cientos de miles de nios que sufriran el sndrome de

    desatencin e hiperactividad (ADD), un cuadro con el cual se designan sintoma-

    tologas diversas, abarcando nios preocupados por problemas familiares, nios

    aburridos porque saben ms y manejan los lenguajes y ritmos culturales del Siglo

    XXI, que se tornan en obstculo para someterse a la lgica escolar tradicional.

    Slo en una minora es pertinente el tratamiento farmacolgico de problemas

    orgnicos debidamente diagnosticados. Administrar drogas para aplacar diaria-

    mente a los nios supuestos portadores de ADD, es una induccin temprana a la

    drogadiccin, como forma de inhibicin de capacidades creativas y crticas de los

    chicos, y una renuncia de la pedagoga a mejorar sus enfoques. Por otra parte,

    para resguardar el prestigio cientfico de las investigaciones sobre neurociencia

    y educacin es necesario que exista una legislacin que impida los usos mercantil

    e iatrognico de sus resultados. Las fronteras interdisciplinarias deben ser arti-

    culadas con cuidado en esta poca de profunda crisis cultural y social.

    El sujeto pedaggico latinoamericano se ha tornado mucho ms complejo que

    aquel de la educacin bsica de la escuela pblica imaginada por los liberales del

    Siglo XIX (que ya entonces pasaba el rasero por las culturas indgenas) y carga

    hoy con una creciente multiplicacin de combinaciones. Todos los habitantes de

    Iberoamr