Estado del arte deontologia docente

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ESTADO DEL ARTE DE LA DEONTOLOGIA DOCENTE ALEJANDRA GONZALEZ RINCON ADRIANA GONZALEZ RINCON ESPECIALIZACION EN PEDAGOGIA Y DOCENCIA

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ESTADO DEL ARTE DE LA DEONTOLOGIA

DOCENTE

ALEJANDRA GONZALEZ RINCONADRIANA GONZALEZ RINCON

ESPECIALIZACION EN PEDAGOGIA Y DOCENCIA

“La educación para la formación de un ciudadano ético se encuentra en la experiencia vivida. No en la abstracción de los libros, no en el discurso retocado, no en la retórica de un deber ser descontextualizado. La educación para la formación de un ciudadano ético significa dar la oportunidad de apertura, de desilenciamiento, de enfrentamiento con las contradicciones e incoherencias, en la discrepancia y en la convergencia con el otro. La educación en valores acepta la tensión y el problema. La educación para la formación de un ciudadano ético está llamada a esclarecer, a ilustrar, a expandir la mirada. […] Una educación ética, como la que aquí hemos esbozado, requiere de cambios sustantivos en la formación de los docentes para sustraerla de su anacronismo y de su inercia.” (Magendzo, Abraham, en La Reforma Curricular Chilena: Enfoques críticos, X. Azúa y M. L. Nervi compiladoras, Ed. Lom, Santiago, 1999, pp. 123-131.)

FASE 1. REGISTRO DESCRIPTIVO

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APUESTAS TEORICAS CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES

Sánchez Vázquez, M. J. (2010) Situación del área ética y deontología profesional en el proceso de formación académica de las carreras de la Facultad de Psicología (Universidad Nacional de La Plata). Trabajo final de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Tesis de Posgrado

20120 La agenda moral “plantea a la ética interrogantes nuevos, de relevancia social y señalada conflictividad moral, los cuales imponen una ampliación o revisión de los puntos de vista, de los métodos y hasta de la terminología hasta ahora admitidos” (Bonilla, 2002, p. 49). Bauman (2004) sostiene que la novedad del enfoque posmoderno no consiste en dejar de lado las preocupaciones morales de estos fenómenos inusitados –como insisten en hacer creer muchos con el lema del “todo vale” (Lipovetsky, 1986; 1992) El sujeto moral de hoy puede entenderse en la fórmula que la propuesta de Ricoeur (1996) nos acerca: la intención ética, más allá de la norma, está en “tender a la vida buena -feliz- con y para el otro en instituciones justas” (p. 176). Respecto a la Ética Aplicada, es interesante el abordaje que realiza la filósofa española Adela Cortina (1998) respecto de las profesiones y su inserción en una sociedad compleja y con nuevos desafíos como la nuestra. Pensar las profesiones desde una mirada ética supone configurar una nueva forma de saber para la acción, contribuyendo al intento actual y siempre renovado de abordar los problemas morales desde una sociedad pluralista, democrática y co-responsable de las acciones generadas y sus consecuencias (Etxeberría, 2002).

Es preciso, en esta instancia, recordar el nuevo escenario social -marcado por una agenda moral inusitada para los tiempos que vivimos- y la necesidad de una formación de calidad en nuestros futuros profesionales. Esta realidad amerita, pues, incluir de modo inexcusable la Ética y la Deontología Profesional en aquellos espacios curriculares en Educación Superior donde todavía constituyeran un área de relativa vacancia

Documento 1.

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APUESTAS TEORICAS CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES

Crisol, M. y Romero, M.A. (2014). “Práctica docente versus ética docente”. Hacia la mejora de la práctica docente a partir de la ética profesional. Journal for Educators, Teachers and Trainers, Vol.5(2), pp. 23–35.

Articulo Revista 2014 "ética del docente" : El vocablo «ética» que proviene del griego «ethos» significa costumbre; su sinónimo latino es la voz «more», de donde deriva el término moral, que designa la adhesión, por parte de los individuos, a unas normas y valores a partir de los que aquéllos juzgan sus acciones como correctas o incorrectas, cómo un conjunto de valores, principios y normas por los que las personas suelen orientar sus acciones. «ética» alude explícitamente, a la reflexión crítico-racional sobre la moral, con el objetivo de que éstas sean auténticamente morales, o sea, con el objetivo de que las costumbres y hábitos coadyuven a que las personas que los tienen adquieran un carácter específico, adquieran personalidad.

Junto a los aspectos valiosos y positivos que todos los códigos deontológicos poseen, aparecen críticas y matices que limitan su finalidad profesional autorreguladora, como la permanente puesta a punto al “aquí y ahora” que exige la evolución de la sociedad. Desde este punto de vista, la elaboración de un código deontológico para los profesionales de la educación no puede realizarse desde un ambiente cerrado, ni exclusivamente por los profesionales docentes. Las necesidades actuales muestran la interacción de la ética cívica y la ética profesional.

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Ya en el siglo V Aristóteles pone su arista predominantemente normativa en el primer tratado de ética moral a Nicómaco, en latín «ethica nicomachea», escrita en el siglo IV a. C. siendo sin duda el más completo de la ética aristotélica. La obra abarca un análisis de la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad, que junto con el mensaje bíblico judeocristiano, constituye uno de los pilares fundamentales sobre los que posteriormente se erigió la ética occidental. Afirma que el fin, la finalidad, es el principio de las acciones, o dicho de un modo más distendido, aquél que desconoce adónde va suele acabar en alguna parte indeseable. Considera que la ética dirige sus conocimientos a la razón y a la voluntad del individuo, "manteniendo la capacidad de protesta y de utopía" (Calvo 2001, 18). Según esta acepción, «ethos» significa temperamento, carácter, hábito, modo de ser, de acuerdo con el significado etimológico, ética sería una teoría o un tratado de los hábitos y las costumbres

La profundización en el estudio de la identidad ética, puede ser una interesante aportación a la mejora de la práctica docente, siempre y cuando logre estimular la reflexión, personal y compartida, sobre la propia actitud vital, sobre las propias actitudes morales como profesionales, sobre el contexto moral que rodea a la enseñanza y sobre las posibilidades que tenemos de cambiar en positivo lo que nos parezca mejorable.

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Etica en la Educación: La responsabilidad del educador ante los fines que debe desarrollar es; “aprender a conocer”, “aprender a actuar”, “aprender a vivir juntos” y “aprender a ser”, que son los cuatro pilares que la Comisión de la UNESCO ha señalado como bases de la educación (Delors, 1996). Según Jaume Carbonell, (2008, 9) diez son los atributos que todo profesional docente debe poseer: 1. “Conocimiento de las personas a las que dirige su intervención. 2. Relación empática. 3. La relación con la educación cultural. 4. El saber hacer práctico. 5. La innovación crítica y progresista. 6. Compromiso social y político 7. el valor del testimonio 8. La Formación permanente 9. Redes virtuales y presenciales de colaboración. 10. Esperanza por la satisfacción de ver crecer a la sociedad

La formación para el ejercicio de la profesión no puede limitarse a la transmisión de conocimientos objetivos, sino que los aspectos cognoscitivos, morales y las habilidades técnicas deben fusionarse a fin de adquirir una adecuada profesionalidad. Esto implica incluir en el currículo de la formación universitaria una formación ética

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APUESTAS TEORICAS CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES

Tiana Ferrer, Alejandro. Un nuevo código deontológico para la profesión docente. Monografia publicada en el número 12 de la revista Trivium, noviembre de 2010.

Articulo Revista 2010 El código deontológico es una formulación explícita de los compromisos y los deberes profesionales que los componentes de la profesión deben asumir y aplicar en su ejercicio cotidiano. De ese modo, el código entra en el ámbito de la ética profesional, desbordando el de las meras obligaciones expresas. Aunque su incumplimiento pueda llevar aparejada alguna consecuencia, no es en modo alguno un repertorio de sanciones. Más bien al contrario, su propósito debe consistir en recoger los planteamientos que deben fundamentar una buena práctica profesional. Por ese motivo, su redacción debe estar hecha más en términos positivos que negativos: debe enfatizar más los compromisos y deberes asociados a la buena práctica profesional que los comportamientos a evitar. Obviamente, se trata de dos aspectos íntimamente entrelazados, pero que conviene distinguir.

La educación tiene por objeto lograr el máximo desarrollo de las facultades intelectuales, físicas y emocionales de las nuevas generaciones, y al propio tiempo permitirles adquirir los elementos esenciales de la cultura humana. Tiene por tanto una doble dimensión, individual y social, íntimamente entrelazadas, cuyo cultivo constituye la base de una vida satisfactoria y enriquecedora. El código deontológico se centra en los compromisos y los deberes que los profesionales se imponen a sí mismos. De ahí deriva la importancia de la función docente, que tiene como meta la formación integral de las personas jóvenes como seres individuales y sociales.

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APUESTAS TEORICAS CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES

Nervi Haltenhoff, María Loreto. Ética, Educación y Profesión Docente. Articulo Revista Docencia N° 23. Agosto 2004

Articulo 2004 Desde una concepción humanista integral, la educación hace referencia “a la formación profunda de lo humano en el hombre, a la formación armónica del sujeto, a la formación cultural en la cual naturaleza y vida, experiencia y mundo, juego y razón, tradición y moral concurren para estructurar el “código espiritual del hombre” con el que él interpretará el propio mundo personal y los mundos posibles de su ulterioridad” ( Gennari, Mario). En este sentido, se asume que la educación es el acto intencionado de facilitar la formación integral del otro, entonces todo acto educativo constituye per se un acto moral, por cuanto, en tanto comportamiento específico y exclusivamente humano, no resulta comprensible sin sustancia ni referencia moral. Para Cullen, el sentido actual de una educación ética no se reduce al individuo en la escuela, sino que, ampliándose hacia la responsabilidad política de la educación, dice relación también con la conformación de una moral pública, una especie de “inteligencia moral solidaria”, que nos permita convivir democráticamente, a la luz de orientaciones morales referenciales para todos: respeto, tolerancia, diálogo, defensa de la paz y de la dignidad humana.

A juicio de la autora, existe un gran requerimiento por una educación en valores en el sistema escolar, aún impedido de enfrentar con rigor, pues esta demanda no se condice con los escasos esfuerzos realizados en el campo de la formación y del perfeccionamiento de los docentes. El texto trata de definir los campos y dimensiones reales que debiera ocupar una educación ética solvente y adelanta algunos señalamientos que podrían incidir positivamente en la necesaria reflexión a conducir en los estudios sobre formación de profesores. Por último, destaca como avances positivos la instalación de la transversalidad en el currículo escolar y la promulgación del “Código de Ética” del Colegio de Profesores de Chile, A. G., ambas acciones entendidas como intentos teóricos y políticos de fortalecimiento profesional y dignificación social de la profesión

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APUESTAS TEORICAS CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES

Luis Pantoja Vargas Universidad de Deusto Deontología y código deontológico del educador social.- pedagogía social. Revista interuniversitaria [1139-1723 (2012) 19, 65-79] • tercera época

Articulo 2012 ETICA: se deriva de la palabra griega ‘ethos’ que significa costumbre y vendría a designar el conjunto de costumbres buenas, convertidas en normas obligatorias para el ciudadano de bien en su comportamiento diario. Esas normas equivaldrían a los criterios para juzgar si las conductas de las personas son correctas. También se les suele llamar normas morales ya que la palabra moral proviene de la latina ‘mos’ (‘mores’ en plural), traducción de la palabra griega ‘ethos’. (Loiseau, 2002). Moral: Dueñas (2009,12) afirma que “la moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de trasmitir de generación en generación y la ética (...) un conjunto de normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad” (subjetividad, diríamos). “La moral se impone desde el exterior, la ética es interior”, afirma Loiseau (2002,114) Etica profesional: Silva (2002,10) afirma que “la ética profesional se llama precisamente así porque es el fundamento ético de lo que profesionalmente hago y de lo que soy, en el desarrollo de una determinada forma de vida” en relación con los demás. Esta ética incluye, además de los valores individuales, un fuerte componente vocacional y un elevado compromiso de profesar lo que se es, es decir, un médico, un educador social, etc

La ética y la deontología se revelan hoy esenciales para cualquier profesión y más para aquellas que prestan sus servicios y tratan con personas desfavorecidas, como es la Educación Social. Tanto a los futuros profesionales de la Educación Social como a los que ya ejercen esta profesión les hace falta una formación ética y deontológica intencionada puesto que, al igual que el resto, viven en un mundo que se rige por valores contrarios a los que exige su profesión. Esa formación debería incluir objetivos de conocimientos sobre la ética, la moral y la deontología, pero sobre todo de capacitación para la reflexión personal y en equipo –con sus iguales– sobre los bienes que persiguen las prácticas socioeducativas que realizan, sobre las buenas prácticas y los dilemas éticos que se encuentran con frecuencia en su práctica cotidiana

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Deontologia: Banks (2002,177) afirma rotundamente que “con la palabra ética nos referimos a lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto, mientras que con deontología nos referimos a los deberes”, palabra que en la cultura de hoy no tiene muy buena prensa. La deontología se- ñala la conciencia de los límites, reglas y normas (Loiseau, 2002) Código deontológico: Banks (2002,177) lo define como “un documento escrito producido por una asociación profesional con el propósito explícito de guiar a los especialistas, protegiendo a los usuarios del servicio y velando por la reputación de la profesión”. El código deontológico es la expresión escrita del conjunto de deberes profesionales (Pantoja, 2002) que un colectivo de trabajadores de una determinada profesión ha ido descubriendo a través del ejercicio de dicha profesión y señala los límites medianamente seguros para obrar bien en ese ejercicio.

BIBLIOGRAFIA

Crisol, M. y Romero, M.A. (2014). “Práctica docente versus ética docente”. Hacia la mejora de la práctica docente a partir de la ética profesional. Journal for Educators, Teachers and Trainers, Vol.5(2), pp. 23–35.

Luis Pantoja Vargas Universidad de Deusto Deontología y código deontológico del educador social.- pedagogía social. Revista interuniversitaria 2012. En :http://www.redalyc.org/pdf/1350/135025474005.pdf

Nervi Haltenhoff, María Loreto. Ética, Educación y Profesión Docente. Articulo Revista Docencia N° 23. Agosto 2004. En: : http://www.revistadocencia.cl/pdf/20100731195533.pdf

Sánchez Vázquez, M. J. (2010) Situación del área ética y deontología profesional en el proceso de formación académica de las carreras de la Facultad de Psicología (Universidad Nacional de La Plata). Trabajo final de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.762/te.762.pdf

Tiana Ferrer, Alejandro. Un nuevo código deontológico para la profesión docente. Monografia publicada en el número 12 de la revista Trivium, noviembre de 2010. En: http://www.mecd.gob.es/revista-cee/pdf/n16-tiana-ferrer.pdf